Uf...menudo tema...
Emmmm, pienso que se puede aprender a encontrar el equilibrio. Yo soy tirando a buena (no soy sor Teresa de Calcuta, eh? pero soy muy honesta) pero he aprendido a dar, hasta que a mi me parezca justo. Cuando empiezo a notar que dar me cuesta, que me deben algo, entonces paro...pero paro en seco. La gracia está en aprender a decir que no, y aunque aun hay veces que creo que la gente me pide demasiado y me toma el pelo, cada vez son menos los que me piden por pedir. Y cada vez soy más yo quien elijo a quien y como ayudar. Es la manera que he encontrado de no agobiarme con el personal que se cree que tu vida gira entorno a ellos y que estas esperando todo el dia a ver que les apetece.
Cada uno tiene su vida. Dale importancia a la tuya y ponla en primer lugar...luego ya cederás lo que a ti te parezca justo. Por increible que parezca, al resto del mundo (a estos que te piden sin parar) les parecerá normal tu cambio de actitud y seran ellos mismos los que te digan que ya era hora (...cuando les oyes, les matarias...)
Tener detalles (como responder a mensajes y mails en la máxima brevedad), es bonito...pero aunque sea una lástima, no es la tónica general. No te enfades o te sientas ofendido por que alguien no te responde...probablemente no lo hace con mala leche, pero tampoco pierdas el culo por hacerlo tu...a no ser que te guste ser detallista, y entonces, hazlo porque a ti te gusta, no por el otro. Bueno, es una manera de no quemarte con la gente