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Iniciado por virtualero
Tienes bastante razon en lo que dices, pero me parece lamentable que alguien a quien le llegues a gustar pueda alejarse de ti... y ojo, esto pasa sin ser un enamoradizo empalagoso. Y si asi fuese... si esta bien de la cabeza ¿que mas da? Pues a lo mejor es "enamoradizo empalagoso" de forma natural y espontanea. Me parece triste tener que adoptar estrategias
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El ligue tiene mucho azar, mucho factor imprevisible. Partimos de personalidades diferentes, diferentes situaciones, diferentes experiencias, diferentes expectativas. Hay indicios y señales indicadoras que exteriorizamos, pero no son suficientes.
Enseguida me pongo cariñoso si alguien me gusta. Y se me nota. No lo puedo reprimir. No puedo hacerme el frío si creo ser injusto, por estar desarrollando alguna estrategia. Sufro el primero. La estrategia primordial y más "inocente" es ser gustado.
En la juventud, quizá, la espontaneidad es íntegra, las intenciones puras; pero, -afortunadamente o desgraciadamente- más adelante empieza a primar lo cerebral, la estrategia y el cálculo. No es cuestión de matar el alma, sino de recubrirla de una capa de sensatez, con base en las propias experiencias (siempre y cuando no sean traumáticas). La edad solo estropea a quien se deja estropear (o no puede remediarlo).
Quizá, en mi caso, quiero tener todo más atado, y con una planificación. Algo bonito y duradero. Y evitar daños si todo se va al garete (ya arrastro algunos amores frustrados). De ahí que sea más calculador.
En otro de mis mensajes una forera tuvo a bien señalarme que quizá fomento la falsedad a la hora de ligar. Una especie de apología del postureo. Pero creo que incluso los hombres dejamos señales claras de cuándo queremos algo bonito y duradero. Algo mejor que "meterla" y salir corriendo. El escaparate es social. Y es que estamos en un entorno social, como primer sustrato para conocer a alguien. Por eso parece todo un poco un baile de máscaras.