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Las palabras de amor son el camino más directo al corazón. Si no temes exponer tus verdaderos sentimientos, dile a la persona que amas alguno de estos piropos románticos, para hacerl@ sentirse verdaderamente especial.
Déjame ser la almohada de tu desierta cama y amarte por toda la eternidad.
Sólo dejaré de amarte el día que un pintor dibuje el sonido de una lágrima al caer…
Si yo fuera sol y tú luna estaríamos siempre en eclipse.
Cuando miré tus ojos, supe que Dios existía; cuando abracé tu cuerpo, supe que existía el paraíso; pero cuando probé tus labios, supe que en verdad existe el cielo.
Si hay ángeles en el mundo y realmente nos observan, sin duda lo hacen a través de tus ojos.
Quien te viera como te veo yo, con tu sonrisa de luna, con el brillo de las estrellas en tus ojos, con pétalos de rosa en tus labios rojos, se habría enamorado como me enamoré yo.
Es verdad que se necesita el corazón para vivir pero más te necesito a ti que lo haces latir.
Un día dejé caer una lágrima al océano. El día que la encuentre te dejaré de querer.
Anoche empecé a ver las estrellas y a cada una de ellas empecé a darle una razón por la cual te quiero tanto. ¿Sabes? me faltaron estrellas.
Amor si algún día decides naufragar en el mar de la vida recuerda que tienes un puerto en el corazón de alguien que no te olvida.
Anoche pedí a un ángel ir a cuidarte, él me dijo: un ángel no necesita que otro ángel lo cuide.
Si el amor se contara como se cuenta el dinero, más de un siglo tardaría en contar lo que te quiero.
Te quiero más que ayer, pero menos que mañana.
No soy Cupido, pero quiero flechar tu corazón.
Diez son los mandamientos, dos me aprendí: uno es amar a Dios y el otro es amarte a ti.
Ni aunque el cielo fuera hecho de papel y los océanos de tinta, no habría lugar para escribir todo lo que te quiero.
Tus ojos son dos luceros, mejor dicho dos ladrones, el derecho roba besos y el izquierdo, corazones.
Cuando el sol se ponga cuadrado y el mar se deje de olear, ese será el día en que yo te deje de amar.
Bailar contigo es como estar en el cielo, pero eso es fácil teniendo en los brazos a un ángel.
Te quiero más que a mi madre, no sé si estaré pecando, pues ella me dio la vida y tú me la estás quitando.
El error no es amarte hasta la locura, sino cometer la locura de no llegar a amarte nunca.
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