Hablo de esa parte del cuerpo tan sensible y erógena, que nos permite juguetear, rozar, pellizcar, lamer, chuperretear, mordisquear y mil cosas mas.
Grandes a lo galleta maría o pequeños, oscuros casi negros, marrones o sonrosaditos, y la punta hundida para dentro, ligeramente sobresaliente o tipo alubia. Los hay de mil formas, y mil colores y mil tamaños. Me gustaria conocer la opinión de la fauna foril.
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