Hola a todos,
Abro este post para desahogarme e intentar sentirme un poco mejor contando lo que me ha pasado. No espero que nadie me aporte soluciones porque ya sé que tiempo y paciencia son las únicas que hay. Simplemente es por sentirme escuchado.
Van ya casi 10 meses tras la ruptura, 6 de contacto cero y una evolución razonablemente buena como ya os he ido contando en otras ocasiones. No hay nadie nuevo en mi vida pero estoy bien, tranquilo y emocionalmente estable. Disfruto de mis amigos, de mi libertad, de mi familia e intento ver el lado bueno de mi situación actual ya que creo que es la actitud correcta para no ser un amargado.
Ayer, por casualidad paré en la gasolinera que hay al lado de mi casa y justo cuando estaba entrando vi parado en uno de los surtidores el coche del padre de mi ex (es el que él solía utilizar) sin nadie dentro. Podéis imaginar lo nervioso que me puse pensando que podría ser él y al cual no había vuelto a ver desde hace casi 8 meses. Finalmente resultó ser su hermano pequeño y todo se quedó en una falsa alarma.
Desde ayer me encuentro triste y eso que tan solo fue un coche lo que vi. Sin embargo se me removieron muchos sentimientos. La última vez que quedamos siendo aún pareja, él vino a recogerme en ese coche y la primera vez que le vi (le conocí por una red social) fue bajando también de él. Imagino que no era el coche en sí mismo sino lo que simbolizaba.
Sé que ha sido mejor así y no haberle visto pero algo en mí deseaba que fuera él quien estuviera en la gasolinera y no su hermano, de modo que por una parte fue un alivio pero por otra una decepción. Todo esto me hacer ser consciente de que no le he olvidado y de que como he leído estos días en el foro, sigo enamorado de su recuerdo porque está claro que del bicho que me destrozó no puedo estar enamorado porque sería idiota.
Seguir con el contacto cero, paciencia y ánimo. Lo malo es que después de casi 10 meses me fastidia ser aún tan vulnerable y me da miedo pensar que éste sea el máximo estado de recuperación que puedo alcanzar por mí mismo y que lo que me falta sólo lo consiga cuando aparezca de nuevo alguien en mi vida.
Gracias a todos por soportar los ladrillos que cuelgo
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