El peligro no son las redes sociales, sino la poca importancia que se le da a agregar o dar coba a gente que ni conocemos ni sabemos que intenciones tiene, lo vemos todo como un juego hasta que nos llevamos el susto.
Un cuchillo perse no es peligroso, la peligrosa es la mano y la intención con que se empuňe.
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