Pues mira, personalmente, un maquillaje excesivo no me resulta nada atractivo, al contrario. Un poquito, vale, pero sin pasarse de la raya.
Y evidentemente, si ella se va a sentir incómoda con eso, es peor el remedio que la enfermedad. Al final la incomodidad se traducirá en mal genio, y ahí ya la hemos liado