Una ruptura rara vez proviene de un problema "simple". Siempre es resultado de un largo proceso de comerse la cabeza y no ser feliz. Quien haya vivido esto, sabe que no es fácil, ni una chorrada, ni un problema de paciencia.
Bueno, puede que en las relaciones adolescentes si se rompa por tonterías, una discusión chorra, un ataque de celos o una rabieta para conseguir algo, pero es lo que toca vivir a esas edades para aprender.
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