Antes que nada, gracias a todos por vuestros consejos
Os voy a contar como lo hemos resuelto:
Me llamó el miércoles y me dijo que seguía decepcionado, que tenía ganas de verme, pero que lo mejor es que siguiesemos reflexionando sobre lo que nos había ocurrido, estuve de acuerdo, le desee que pasase buenas noches y ya está.
El jueves me volvió a llamar y me dijo que si cenábamos juntos.
Durante la cena, yo le conté lo que había hecho durante la semana, le hablé de cosas puntuales del trabajo, y él lo mismo.
Cuando nos íbamos hacia el coche me dijo que había evitado hablar del problema, aunque estaba deseando conocer mi versión.
Me quedé de patata.
El viernes nos volvimos a ver, y ya en cuanto tuve ocasión le conté con pelos y señales todas las cosas que me habían pasado el martes, también le dije que me parecía una pasada que se enfadase tanto por algo que no era grave.
Me dijo que mi olvido le pareció una total falta de respeto hacia él, porque sé lo pendiente que está del móvil, le dije que ahí se equivocaba pero que tenía una parte de razón, puesto que soy muy dejada para el dichoso aparato.
Él me dijo que como soy alguien muy valiosa en su vida, no me quiere perder y que tiene miedo que cualquier enfado se acabe sacando de quicio. Por eso había decidido no mandarme mensajes, aunque sabía que le iba a costar, tan solo iba a responder cuando yo se los enviara.
Yo le confesé que iba a intentar ser más cuidadosa con mis olvidos, pero que él tenía que estar seguro de que me importa mucho y que si me olvido del móvil no quiere decir que me olvide de él en ningún momento.
Después de hablar largo y tendido, estamos más unidos que antes.
Yo le envío mensajitos y él me los contesta.
Los dos hemos decidido apostar el uno por el otro para una relación de largo recorrido, los dos valoramos esta nueva oportunidad que nos ha dado la vida.