Otra de ridículo.
Estábamos haciendo un examen de gimnasia en el instituto, cada alumno tenía que hacer pino, puntal, puente, ya sabéis, las chorradas típicas. A mi siempre me tocaba examinarme antes que el chico que me gustaba porque el asunto siempre era por orden alfabético.
El caso es que un ejercicio era hacer el pino sin ayuda de la pared, manteniendo el equilibrio y tal. Yo hice el pino pero empecé a perder el equilibrio, y una buena amiga me socorrió antes que me cayera encima de la profesora. Lo que pasa es que no me agarró a mí sino a los pantalones, así que se me bajaron y me quedé en bragas.
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