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La cosa es que ayer fue la graduación de mi curso al terminar Bachillerato y por la noche nos montamos nuestra propia fiesta, con barra propia y tal. El caso es que invitamos a gente del instituto, entre ellos a un chico de un año menos al que conocía desde hace mucho tiempo por amigos en común pero a quien no le presté atención hasta hace poco. Esto se debe a que estuve en un tira y afloja con otro chico de su curso y, cuando todo terminó con este de mala manera, decidí que no iba a obsesionarme con ningún chico más para un año que me quedaba en ese instituto porque el año que viene iré a la Univesidad y está en la misma ciudad pero alejada de mi instituto y apenas veré a esa gente. Me lo prometí porque yo soy muy enamoradiza, parezco una cría pequeña siempre ilusionándome súper rápido a pesar de las hostias que ya me he metido, y este chico es guapísimo y, sabiendo el éxito que tiene con las chicas, sabía que con él iba a llevarme otra hostia monumental. Pero no, tonta que soy, todo empezó con miraditas que me hicieron pensar que estaba paranoica, después pasamos a hablar cuando coincidíamos en alguna parte... Y acabé enchochada perdida con él. Así que ayer decidí que, al ser seguramente el último día que lo vería, no pasaba nada por intentar lanzarme en nuestra fiesta, ¿no? Bueno, pues, en resumen: le tiré sin querer varios cubatas que estaban encima de la barra al intentar servirle uno que hizo que se cabrease conmigo y me empezara a gritar, yo ante eso me largué porque con al haber bebido algo de alcohol tenía miedo que hasta me echase a llorar o le arrease una bofetada, y media hora después se fue de nuevo con su ex. Hostia monumental, de nuevo. No sé cuándo aprenderé.
Ahora, ¿qué hago? ¿intento hablar con él al menos para despedirnos o lo dejo estar ya del todo? Porque yo soy muy de no callarme nada y me gustaría decirle que me atrae solo por no guardármelo dentro, pero viendo lo que pasó sé que su respuesta va a ser un "no" como una casa y tampoco quiero hacérmelo pasar mal todavía más.
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