Señores/as, no sé qué hacer conmigo mismo. Lo que me pasa es para darme de leches y quería pediros consejo.... no sé si de amor o de psiquiatría
Soy una persona digamos de trato fácil, hago "amistades" tanto femeninas como masculinas con facilidad, o sea que no es decir que sea tímido. En el trabajo de hecho tengo mejor trato con más mujeres que con hombres, me gusta picarlas cuando la ocasión lo merece y me gusta dedicarle (a ellas) una sonrisa continuamente. Y de físico no diré que soy Brad Pitt pero tampoco soy el cuñao, digamos que soy un tío normalito.
Hasta aquí todo normal. Mi problema viene cuando conozco a una chica que me interesa. Aquí paso de ser Mr Hyde a convertirme en el Dr Jeckyll, salen a relucir mis inseguridades y nunca jamás soy capaz de concretar nada. No quiero decir con esto que cuando conozco o interactuo con una mujer que me guste me quede callado, no, al contrario, soy capaz de hablar con ella sin problemas, decir paridas, hacerla reir en definitiva, decirla de tomar un café en el trabajo, etc. Pero ya no soy capaz de ir más allá. Me quedo siempre esperando a que sea ella la que de el paso, y claro....
Empiezo a darle vueltas sin control a si le gustaré, si solo me ve como amigo, etc etc, y no tengo valor de dar un paso más por si estoy equivocado y en realidad no le intereso en ese plan. Soy consciente de que he perdido más de una oportunidad, algunas lo sé porque con el paso del tiempo, sin tener ya la mente nublada por esa mujer, recuerdo las cosas y me digo a mí mismo "joder David, lo tenías a huevo!!" o mismamente porque otra gente me lo dice.
Las chicas con las que he estado a lo largo de mi vida (no muchas) ha sido porque ellas tuvieron más huevos que yo y dieron el paso, pero jamás he conseguido tener a una chica siendo yo el que pone los huevos sobre la mesa, con perdón. Y no lo he conseguido porque no lo he intentado, lo sé.
Por tanto.... ¿cómo se soluciona esto? pienso en ir a hasta a un psicólogo, porque por mucho que lo piense no es tan sencillo luego de hacer y me corroe el miedo. Miedo al rechazo, claro. Y que me obsesiono con el tema. Primero pensando en si le gustaré o no, en si solo me ve como un chico majete pero sin pretensiones de nada más.... y luego cuando por circunstancias nuestros caminos se separan, me obsesiono aún más por no haberle echado narices y haber (quizás¿?) desperdiciado otra oportunidad.