Creo que lo difícil es vivir sin un objetivo claro. Sin algo que te ayude a empezar el día y ponerte en marcha.
El amor lo que tiene es que es casi una droga. La pastillita que te provoca un subidón por las mañanas al despertarte junto a tu pareja y darle un beso de buenos días, una sonrisa y un abrazo eterno. La felicidad que te invade es difícil de obtener de forma tan sencilla con otras cosas. El resto de cosas necesitan un poquito de fuerza de voluntad por tu parte. Sin embargo, la trampa del amor, es que cuando termina, te puede hundir en el más absoluto de los pozos y si no había nada más en tu vida que te permitiera avanzar, estás simplemente jodido. De modo que el amor por sí solo, no es más que una droga que se va apagando a medida que pasa el tiempo, quizá lo que dura el enamoramiento. Y volvemos a los objetivos vitales y los objetivos simples. Tener una idea, tener una motivación, tener una ilusión, etc. Son motores de vida para mí vitales para poder avanzar.
Quererse a uno mismo debería de ser algo básico, y no atentar contra uno mismo, pero sin cosas que nos ilusionen, creo que no se puede vivir. Se puede, pero estaríamos muertos en vida.
|