Yo sinceramente creo que cuando uno acaba de salir de una ruptura y por ende, dolorosa, está como en un hospital y al igual que si estás hospitalizada no sales a correr maratones, si estás curándote el corazón, no estás para relaciones.
No dudo de que le gustarán tus atenciones (¿a quien no le gusta que le den unos mimos cuando está en un mal momento), pero de ahí a enamorarse va muchísimo trecho.
Sé que tenemos muy implantada la idea de luchar por lo que queremos, pero en este caso hay que considerar que la personas no son premios, sino seres humanos con voluntad y sentimientos propios y que a veces aun cuando nosotros estemos dispuestos, no siempre es el momento de la otra persona y o bien uno elige esperar (pero con resultados inciertos) o bien deja pasar la historia, pues si esa persona es para ti, los caminos volverán a cruzarse tarde o temprano y si no es para ti...los zapatos, ni a la fuerza entran.
Comprendo que la mentalidad de dejar fluir las cosas la vas asimilando en el momento en que te lo da la vida, pero hay que aprender que existen un montón de personas en este mundo de las que nos podemos enamorar y que son potenciales hombres y mujeres de nuestras vidas, pero que algunos de ellos no estarán disponibles en determinado momento y otros sí.
Cierto que para llegar a esto, es esencial aprender a estar bien con uno mismo, no temer la soledad o el no encontrar una pareja pronto y determinar claramente qué le compensa y qué no le compensa. Ser capaz de escoger.
|