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Hola a todos. Este es mi primer mensaje en el foro.
Vengo a contar mi historia para que me den su opinión. Verán, hace cuatro años terminé una relación. Superarla llevó cuatro meses, y desde entonces he estado con muchas mujeres y no me había vuelto a enamorar. Lo cierto es que me acomodé en un estilo de vida que me resultaba menos complicado.
Hace unos meses, conocí a una. Es mucho más joven que yo (ella tiene 24 años, yo 33), y además era virgen cuando empezamos. Yo al principio pensé que sería una historia como las que venía teniendo en los últimos años, pero después de quedar un par de días, el fin de semana fui a su casa y estuve varios días allí. Antes de volverme a mi casa, ya sabía que quería una relación con ella (y ella también lo quería desde el primer momento).
A partir de ahí, ha venido una etapa en la que apenas nos separábamos, ella me escribía constantemente para que fuese a su casa, hemos pasado todos los fines de semanas juntos (incluso nos fuimos de viaje uno de ellos), y todo ha ido muy rápido. Yo estoy a punto de comprar una vivienda, y ella incluso había echado cuentas de qué muebles tiene en su casa para traer, y me decía que le encantaría mudarse conmigo. Ciertamente, con esta chica tengo muchas cosas en común. Podemos hablar durante horas. Y los dos estábamos muy ilusionados.
El caso es que en Navidades nos separamos, pero seguimos hablando constantemente. Ella pasó por una mala situación con su familia, situación que se lleva arrastrando mucho tiempo y que a ella le afecta mucho. Nosotros seguíamos hablando de la misma forma que siempre, pero cuando volvimos a encontrarnos hace dos semanas, la noté que no estaba bien. Conmigo sí, pero que lo había pasado mal con el tema familiar en su casa. Nos echamos en la cama abrazados y hablamos durante más de una hora de otros temas. Estuvimos de maravilla en ese momento, y ella me dio las llaves de su casa para que pudiese entrar o salir cuando quisiera.
Después de cenar, hablamos de su tema familiar y yo intenté animarla en lo que pude. El lunes y el martes, ella seguía igual, pero pasó a tomar una actitud resentida también contra mí, y en vez de sentarnos y hablar, pues simplemente nos encontramos los dos en una situación incómoda. El miércoles estuvimos bien, y yo me fui a su casa. Al día siguiente, la veía mal otra vez, así que volví a hablar con ella.
Empezó hablando de su tema familiar, pero luego la conversación derivó y dijo que ahora mismo se está planteando todas las facetas de su vida. Así que le pregunto si eso me incluye a mí, y me dice que sí, que con todo lo que tiene que afrontar ahora, una relación lo ve como un frente abierto más, que yo soy su primera pareja y que ella está acostumbrada a haber estado siempre sola.
La verdad es que después de lo que habíamos tenido inicialmente, jamás esperaba que por un problema que además ha venido por algo ajeno a nosotros, no hubiese forma de arreglar esto. Me derrumbé, llamé a un amigo y nos fuimos a pasar el fin de semana siguiente a la Sierra. El primer día, ella me estuvo mandando unos cuantos mensajes al móvil, todos larguísimos, explicando que está acostumbrada a cerrarse para que no le hagan daño y a tomar una actitud defensiva, y que no sabe hacerlo de otra forma conmigo, y que el hecho de que me considere una maravillosa persona y que me quiera tanto hace mucho más difícil la decisión que ha tomado. Le digo que si podemos hablarlo a la vuelta del fin de semana, y me dice que sí, que hay muchas cosas que no hemos hablado en su momento y que tenemos que poner todas las cartas sobre la mesa ambos para decidir por dónde continuar.
Así que este lunes quedamos, y en realidad ya desde que empezó la conversación no había mucho que hablar para ver cómo proceder, porque me dijo al comienzo que ella está segura de la decisión que tomó unos días antes. En cambio, cuando empezamos a hablar de los problemas que habían surgido (una falta de comunicación cuando uno de los dos tuvo un problema), nos dimos cuenta de que tenían solución (fuimos capaces de hablar durante cinco horas sobre esos problemas, cómo afrontarlos, etc). Le pregunté que cómo me veía, y me dijo que como una pareja, pero que ahora no se veía con posibilidades de estar conmigo. Nos liamos, aunque sin llegar hasta el final, y me dijo que le diese un par de días para pensárselo.
Al día siguiente, nos encontramos camino del trabajo (trabajamos en el mismo edificio), dimos un paseo de la mano, y otra vez nos estuvimos besando. El miércoles no nos vimos, pero hablamos por teléfono por la noche. Le dije que los dos días que me había pedido me parecían pocos, y que quizá debería dejar pasar un tiempo para ver cómo se siente y si me echa de menos, porque me imaginaba que estaría igual de confundida que dos días atrás. Me dijo que efectivamente seguía confundida, y que no la presionara.
El jueves nos encontramos por la mañana a la puerta del trabajo, y me dijo que se pasaba a las 3 a buscarme y hablábamos. El día antes había sido su cumpleaños, pero no pudimos vernos (por eso hablamos por teléfono por la noche). Pues a las 3 estuvimos hablando durante cerca de una hora, y me dijo que no quería que estuviese esperando más tiempo, que ella sabe que quiere estar sola, que no está enamorada de mí, y que cree que nunca lo ha estado. Puedo comprender que los sentimientos cambien, pero si me dice que cree que nunca lo ha estado, entonces está claro que en estos momento ella está muy agobiada. El caso es que le pregunté que por qué nos habíamos liado estos días, y me dijo que porque hasta este mismo momento todavía me había seguido viendo como su pareja, pero que a partir de ahora, el único hueco que tenía en su vida para mí era la amistad. El caso es que, a pesar de eso, nos volvimos a besar, y me pasó una cosa que nos ocurría a menudo, que se me metían sus pelos en la boca mientras nos besábamos. "Otra vez", le digo, y sonríe y me dice "eso es porque no quieres que me rape".
En fin, que me dice que si quiero que seamos amigos, que podemos quedar para cenar. Quedamos en su casa. Continuamos hablando del tema. Me dice que que es que notaba que conmigo le faltaba algo, aunque viéndola noto que esa sensación que dice probablemente sea sólo de estos momentos, y la está proyectando hacia los momentos pasados. Hablando, me dijo que va a ser una pena, porque el sexo conmigo le había gustado mucho. También me dijo que le daba pena el hecho de que mis amigos le caen genial, y que le gusta mucho mi familia, y que siente estar ahora mismo así y tener que echar de su vida a la persona más maravillosa que ha conocido. Con respecto a mi familia, incluso dice "vaya, si final volvemos juntos, no se cómo voy a mirar a tus padres a la cara".
En fin, que un momento después volvemos a liarnos, le pregunto si quiere que vayamos a la cama, y se queda un rato pensándolo. Me dice que hoy nos sentiríamos mejor, pero que mañana sería peor. Me quedo en su casa, pero en la habitación de invitados, y antes de irnos a la cama, hablamos un rato también en el pasillo. Nos damos un abrazo, nos besamos, y me dice que rehaga mi vida, que haga lo que tenga que hacer, y que si la quiero en mi vida, podemos ser amigos y podemos acostarnos de vez en cuando. Por la mañana entró en la habitación y me dio un beso.
Ahora he tomado la determinación de estar un tiempo sin contacto, y evitando en la manera de posible encontrarme con ella en el trabajo. La historia que os he contado me suena a la típica en la que el agobio hace mella, y en situaciones anteriores una vez pasado ese agobio, ha empezado el echar de menos al otro y querer arreglarlo. Alejándome de ella pretendo que ella tenga el espacio para dejar de agobiarse, y yo tener el tiempo para superar esta situación.
El problema es que con las reacciones y situaciones que he puesto en este largo mensaje, creo que los indicios son de que el único obstáculo para que estemos juntos es su agobio actual, pero que cuando eso pase ella verá opción de arreglar las cosas.
¿Cómo lo veis?
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