Por lo general, cuando te enamoras lo último que se te ocurriría pensar sería mantener una relación amorosa con otra persona que no fuese aquella de la que te has enamorado.
La mayoría de las personas inician relaciones sentimentales con la intención de ser fieles a sus parejas. Pero sucede que, a medida que transcurren los años y la relación se transforma en algo muy diferente de lo que fuera en los románticos primeros días, algunas personas modifican su actitud.
El hecho de mantener una aventura amorosa, un romance, es algo muy diferente de una relación casual y fugaz o de una sola de noche de pasión.
Una aventura amorosa, independientemente del tiempo que dure (semanas, meses, años) implica un compromiso con la nueva persona. Este compromiso supone encuentros regulares y la posibilidad de construir una relación que puede profundizarse hasta llegar a convertirse en un vínculo amoroso intenso.