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Iniciado por Malakine

A mi leyendo los comentarios de este post me ha sorprendido que muchos estéis intentando desalentar al chaval diciéndole comentarios de que es "hacer trampa" o "es de perdedores". No voy a decir que si ***** si o ***** no pero me parece bastante triste que veáis al sexo como una competición o reto antes que como una fuente de placer. Personalmente creo que uno debe disfrutar como pueda y no tratar de demostrar nada, ni siquiera a uno mismo.

Iniciado por sev87

Sí, sí, eso de los hechos lo decía yo mucho. Los hechos son los que son, hasta que cambian, y yo no pensaba que pudieran cambiar. Me autoengañaba mucho con eso.

Efectivamente, soy del 87.

Iniciado por sev87

Por eso lo primero que digo es que cada uno tiene su propia experiencia.

Y no, no afirmo que si estáis solos sea por no haber peleado o por ser exigentes. Fíjate en el siguiente párrafo, porque todo lo arranco de un "creo" y de un "muchos". Y a partir de ahí, desarrollo mi opinión y comparto mi caso.

Sin embargo, también te diré que hace cuatro o cinco años habría respondido a un post como el que he escrito, de forma similar a como lo has hecho tú. Y que de lo que escribes me parece ver una actitud "a la defensiva" que me recuerda a la que tenía yo, no hace tanto.

He estado ahí, he hecho cosas similares a las tuyas y me identifico bastante con lo que cuentas. Yo no era consciente de muchas cosas que ahora sí veo, por eso cuento de dónde vengo, por si a alguien le puede ayudar, por supuesto desde las circunstancias particulares y personales de cada uno.

Iniciado por sev87

Virgen hasta los 25.

Parto de la base de que la experiencia personal de cada uno es, eso, personal, e intransferible.

A partir de ahí, creo que un error enorme que hemos cometido muchos de los que alguna vez hemos estado en la situación que relata el chico del post, es empeñarnos en mezclar sexo y amor. Seguramente por influencia de la cultura en la que vivimos, que desde pequeños nos condiciona a buscar el amor y el sexo en "la persona adecuada". O por idealizar la primera vez, y que "tenga" que ser con una persona "especial". O por haber tenido una mala experiencia amorosa, y que eso refuerce nuestra intención de no entregarle nuestra virginidad a "cualquiera". O porque, sin ni siquiera darnos cuenta, descartemos a muchísimas chicas: porque está fuera de mi liga, porque cómo le voy a gustar a ésa, porque ya tiene mucha experiencia y no voy a estar a su altura, porque su estilo y/o forma de ver la vida es radicalmente distinta a la mía…

Nos obsesionamos con encontrar lo perfecto, la persona que nos lo arregle todo, al primer intento. “No, yo lo he intentado muchas veces”. Ya, y yo. Pero queremos que el primer intento que nos salga bien, nos salga bien del todo. La falta de experiencia nos lleva a ponernos unas expectativas irreales, a no centrar nuestros objetivos. O quizá sea la ansiedad que te crea el sentir que “llevo mucho retraso, tengo mucho que recuperar”, y queremos “recuperarlo” todo de golpe.

Nos sentimos tan especiales (en el peor sentido de la palabra), que creemos que no nos va a valer cualquier cosa. Necesitamos sentir que le gustamos a una persona; y que esa persona comprenda nuestro sufrimiento; y que comparta nuestra forma de ver el mundo; y que nos saque de nuestra virginidad, que sentimos como una tara; y que podamos llegar lejos por la vida con ella; y que no nos vaya a dejar a las primeras de cambio; y que nos acepte con todas y cada una de nuestras manías y complejos; y así un montón de cosas más. Y nos limitamos y nos ponemos barreras, sin darnos cuenta. Nos gusta una chica, pero ni siquiera lo intentamos, porque nos va a decir que no. O porque fuma. O porque sale de discoteca todos los fines de semana. O porque ha tenido 12 novios antes. O porque es mayor que nosotros, y estará pensando ya en tener hijos. O porque ya los tiene. O porque no tenemos temas en común. O porque tiene tal o cual ideología. O por mil otras razones, cada uno tendrá las suyas personales.

¿Y qué conseguimos con esto? Cerrarnos el ramillete. Cerramos tanto nuestras posibilidades que, en lo que queda, no encontramos nada interesante, no le gustamos a ninguna. Pero, ¿realmente hemos mirado fuera? ¿Por qué tenemos que encontrar a la persona ideal, si ni siquiera hemos tenido novia, o hemos tenido noviazgos muy cortos? ¿Por qué queremos satisfacer 20 necesidades de golpe?

En mi experiencia, lo que sufres cuando te llegas a plantear cosas como irte de ***** es una necesidad enorme de sentirte deseado, amado. Que alguien se encapriche de ti y quiera estar contigo. Y que empiecen a ocurrir cosas. Y lo quieres tanto, lo necesitas y lo deseas tanto, que quieres asegurarte que cuando pase no deje de pasar. Por eso te instalas en la comodidad del “mejor que no pase nada, a que pase mal”. Por eso buscas tantas cosas a la vez. Crees que si te ocurre una vez, va a ser la última que te ocurra en la vida. Te obsesionas con eso. Además es cómodo, porque al descartar chicas por no cumplir alguno de los 9.587 requisitos que pones, evitas enfrentarte a tu propio miedo al rechazo, que también está ahí muy presente. Para qué lo voy a intentar.

Mi consejo es: enfrentaos a la vida. Bajad a la tierra, al mundo real. Los seres humanos somos complejos y diversos, pero a la vez somos mucho más simples y más parecidos de lo que nos queremos creer, por distintas que sean nuestras experiencias vitales. Hay gente ahí fuera esperándonos, para todos; lo que no podemos pretender es que sean exactamente como yo las busco. “No, yo no exijo mucho”. Eso pensaba yo también. Sí que lo haces, sin darte cuenta. Y te metes en un círculo del que no te dejas salir.

Salid, entrad, conoced gente. Internet está genial, pero necesitáis gente cerca de vosotros, necesitáis interactuar, y dejar que las cosas os sucedan, no ir a buscarlas, porque entonces las queréis “de diseño” y nunca las encontraréis. No hagáis locuras, pero tampoco os pongáis más puertas ni os echéis más piedras en la mochila, porque ya tenéis unas cuantas (aunque no tantas como creéis).

Yo tenía 25 años, seguía siendo virgen, solamente había tenido un par de noviazgos a distancia, y en una ocasión perdida en la noche de los tiempos había ligado en una discoteca. En cierto modo había dejado de ocultar mi virginidad, pero seguía pesándome como una losa. ¿Cómo iba a encontrar yo a una persona que quisiera ayudarme con eso? No podía tener mucha experiencia, ni haber tenido una relación larga (“sólo me podrá comprender si está igual que yo”), ni ser mayor que yo (“que ya va a estar pensando en niños y esas cosas”), y así sucesivamente. Seguía persiguiendo un ideal inalcanzable, lo quería todo y no conseguía nada.

Algo positivo que siempre retuve fue el empeño en no encerrarme en casa, en salir y entrar, en conocer a gente nueva. Y después de una semana en la que me sentía especialmente deprimido, en la que me torturé pensando en que llegaría virgen a los 30 con total seguridad, acabé en una especie de fiesta de pijama, con personas a las que conocía de unos meses atrás. Y entonces apareció ella. ¿El amor de mi vida? ¡No! Simplemente era una amiga de la anfitriona, a la que yo no conocía de nada, pero que se apuntó a la fiesta. ¿Amor a primera vista? ¡Tampoco! Apareció por allí, simplemente.

En determinado momento de la noche, después de algunas partidas a juegos de mesa, de cenar, de abrir el sofá-cama, de mover colchones de acá para allá y de empezar a ponernos cómodos para ver alguna película durante la noche, uno de los presentes empezó a hacerle un masaje a otra chica, que tenía problemas de espalda. Nada sexual, no os creáis. Y en ese momento, simplemente, ocurrió. Yo pasaba por detrás de la silla en la que se sentaba ella, que hizo algún comentario sobre que se le estaba antojando un masaje a ella también, y lo hice. Supongo que sus hombros me resultaron bonitos, o que había bebido algo y me desinhibí un poco, pero el caso es que empecé a recorrer sus hombros y su cuello con mis manos. Le gustó, quizá por la sorpresa, y me lo hizo saber.

No os aburriré con más detalles, porque además tampoco son relevantes. Lo que sí que creo que os interesa: era dos años mayor que yo, divorciada, con una hija de tres años, con un ritmo de vida opuesto al mío, con opiniones radicalmente diferentes a las mías en montones de temas. No íbamos a ninguna parte; pero es que… ¡no hacía falta! Ella necesitaba sentirse querida en ese momento, y yo también. Nuestros motivos no tenían nada que ver, pero nuestras necesidades sí. Y no, no llegamos a ninguna parte, pero durante las dos siguientes semanas compartimos nuestras vidas breve e intensamente, hasta que las radicales diferencias existentes en casi todo lo demás nos llevaron de nuevo a cada cual por su camino.

Pero yo me quité “el peso”, y obtuve lo que necesitaba: lo que sabía que necesitaba, y lo que no. Desdramatizar mi situación. Y un mes después, cuando quedé por primera vez con la que hoy es mi mujer, sin apenas conocernos, iba aliviado y tranquilo. ¿Que salía bien? Cojonudo. ¿Que salía mal? Cojonudo también. Y no me cabe duda de que eso fue clave para que nuestra primera cita saliese tan bien. Tampoco era ella la mujer perfecta: tenía su historia, había salido de un noviazgo muy largo y muy duro, teníamos prioridades diferentes en la vida. Y tampoco era yo lo que ella iba buscando. ¿Importó? No. Simplemente, pasó, y la vida nos ha traído hasta aquí, y espero que nos lleve mucho más lejos

Disculpadme por el tochazo… y si alguien se siente identificado con algo de lo que escrito: vive. Ten experiencias, disfruta. Déjate llevar. No te pongas barreras. Eres mejor de lo que crees, no tienes nada que envidiar a nadie, todos tenemos nuestra propia trayectoria vital y de nosotros depende crear nuestras propias oportunidades.

¡Ánimo!

Iniciado por sev87

Virgen hasta los 25.

Parto de la base de que la experiencia personal de cada uno es, eso, personal, e intransferible.

Iniciado por Churro26

Sinceramente, yo me veo incapaz, he estado tomando unas cervezas en sitios de esos y son realmente repelentes... "hola, ¿quieres ******?" y cosas similares, cuando esta muy claro que eso es un puticlub... a mi me da mas pena que otra cosa... al que le parezca eso bonito bien por el... es bastante penoso...


Cuanto mas feo eres mas rápido se te acercan... no se, si fuesen de otra manera, no me gusta que no se comporten como personas, a mi me hace sentir mal y me impide verlo bien... me dan mucha pena, pienso como llegaron a eso...

Iniciado por No Registrado

¿hasta que edad creeis que deberia esperar, para pagar por los servicios de una mujer de pago?

Iniciado por Jose K.

Eso te pasa a tí y nos pasa al 90% de los hombres. A las chicas tienes que hablarlas y seducirlas tú, ellas tienen todas las oportunidades que quieran. ¿Es injusto? Sí, pero es así, así que empieza a mover el culo. Yo fui virgen a los 23 y nunca perdí la esperanza, de hecho cuando lo hice pensé "vaya, pues no era tan dificil, ojalá no me hubiera puesto tantas barreras mentales"