Pues si te apetece hablar, habla, porque la verdad es que has dicho bien poco, tan solo que tu matrimonio se va a pique y que te sientes frustrada.
Pues bien, explica cuáles son las razones que están conduciendo a ese naufragio, habla de ese desencanto que tienes, cómo lo masticas, en qué se traduce en tu día a día, indica qué soluciones ves para poder salir a flote, dinos qué es lo que piensa tu marido al respecto, qué rumbo siguen vuestras conversaciones en vistas a tratar de arreglaro, explica si hay o no hijos de por medio... En fin, habla, mujer; si tienes ganas de hablar, habla
|