Pero ya he descubierto el intríngulis, si. Resulta que según estu, el osito de peluche nunca encuentra lo que realmente busca, por razones varias. Ahora bien, el secreto de este post está en que mientras el osito de peluche podrá ser eternamente eso, un osito de peluche en los brazos de su amada, las ositas de peluche, a la voz de ya, pueden convertir a su amigo en su amado de forma que ni Antony Blake lo haría más fácil. Es decir, los hombres, supuestamente, sucumbimos más facilmente y con menos poder de persuasión que las mujeres. He ahí la diferencia, y de ahí que haya pocas ositas de peluche. Aunque el club va cada vez más en aumento. ¿No queríais igualdad? Jejeje.
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