Soy una chica canaria tengo 33 años y una hija de 3 años. Desde hace siete vivía lo que se suele decir felizmente casada. Cuando comenzó mi matrimonio todo resultaba muy sereno y féliz. Mas tarde nació mi primera y única hija y fuy mucho más dichosa pero me encontré con una situación distinta a la vivida anteriormente; mi marido había cambiado se había convertido en un padre que yo criticaba de excesivamente protector con su hija tanto que se olvidaba de su mujer y ya ni saliamos a pasear o a bailar. Tanta era su obsesión que incluso tenía miedo de que yo saliera sóla con mi hija para lo cual debiamos salir los tres juntos a cualquier tarea sencillla como por ejemplo comprar. Mi vida se reducía a mi trabajo y los fines de semana en casa de mis suegros. Así estuve dos años de mi vida y conocí una amigas que me aconsejaron cambiar mi vida, Yo me sentía junto a mi marido infeliz y sin ninguna ilusión en la vida. Hace poco conocí un chico musulmán en una discoteca y a partir de aquí si que cambió mi vida. Esta persona llegó a agradarme de forma positiva e hizo que me sintiera valorada como mujer. Toda mi familia y amigos me desaconsejan esta nueva amistad pero yo sigo con él y no les hago caso. A mi marido le comuniqué que queria separarme y en fin intenté sincerarme lo más que pude. En estos momentos me siento muy feliz cuando estoy cerca de este chico musulmán pero al mismo tiempo tremendamente culpable por la separación que se ha ocasionado.
|