Mi triste historia de amor

amerigo

Buenas,

Quería compartir una historia con vosotr@s. Mi historia.

Tengo casi 40 años y llevo con mi mujer 25 años, la conocí cuando tan sólo éramos unos críos, ella 15 y yo 16. La relación a tan temprana edad pasó por sus baches típicos, nada a lo que, en su momento, no le dí la menor importancia, estaba ciego de amor. Flirteos con ex, miradas con terceros, ahora lo dejamos pero a los cinco minutos volvemos, por qué miras a esa, por qué miras a aquel... lo típico, muchos celos de ella, muchos celos míos. Nos queríamos mucho... eso creía.

El caso es que "logramos" resistir las turbulencias de la adolescencia y nos casamos, nos seguíamos queriendo... o eso creía. Habían pasado ya unos 13 años desde que empezamos cuando, de repente, sufro esa clase de duda existencial en la que te planteas la relación, todo ello por culpa de una tercera persona que conozco. Después de sufrir lo indecible, sufriendo por mi mujer, maldiciéndome por tener ese sentimiento hacia otra, hablo con mi mujer del tema... y ahí empieza "todo lo malo". En medio de la conversación le suelto (esas cosas del subsconsciente), que seguro que a ella le ha pasado algo parecido bla bla bla, a lo que ella responde entre sollozos (de nuevo esas cosas del subsconsciente) que sí le han ocurrido, pero para ella fué sólo sexo y que en lo mío hay amor [] Os podéis imaginar... "para mí fué sólo sexo", ¿Qué cojones quieres decir con que "para mí fué sólo sexo"? ¿Se puede hacer más daño a una persona? ¿Se puede ser más cruel?

Todo lo malo (5 años atrás antes de la confesión): Cuándo éramos novios ella se fué a estudiar a la Universidad compartiendo piso, yo iba todos los días que podía, todo normal, lo malo era que los días que no podía ir a verla, se acostaba con otro, el vecino de arriba. Así varios meses según su versión. Terminaron, siempre según ella, cuando acabó el curso que se volvió a casa. Luego no volvieron a liarse porque, suena a chiste, no querían hacer daño a sus respectivas parejas.

Todo lo malo (3 años atrás antes de la confesión): Se va un mes a Inglaterra (animada por mi ya que no quería ir porque me quería mucho) y desde el primer día, bajándose del autobús, decide tirarse a su profesor colombiano de gimnasia. Esto llamandola yo todos los días. Y para animarla decido dejar mi trabajo y hacer un chanchullo para ir a visitarla una semana. Una semana muy apasionada todo hay que decirlo, no sospeché ni lo más mínimo. Viendo ella que no tenía suficiente, subiéndome al avión, decidió retomar su relación con su amigo colombiano. Cuando volvió a España, el chaval la siguió llamando, decidiendo quedar en España una vez más... reservaron un hotel... y, según ella, ahí acabó la historia.

Sus motivos para tal peversión eran que era una cría, que no sabía lo que quería... en fin, lo de siempre, contradicciones, excusas baratas... Yo pienso, sinceramente, y se lo he dicho, que es ninfómana, porque no tiene explicación, que queriendo a alguien, y ese alguien queriéndote con locura, seas capaz de hacer algo semejante. Es enfermizo.

El sentimiento de desolación y destrucción fué absoluto... y es sólo lo que me ha contado después de muchos lloros y noches sin dormir. Me juró que no hubo más cosas (como si no hubiera sido suficiente). El caso es que me vienen imágenes del pasado en las que creo que pudo engañarme, pero eso, nunca lo sabré.

Increiblemente, fruto de mi amor por ella continuamos juntos, ahora hace 9 años desde la confesión. Con el tiempo he aprendido a superarlo pero no he podido olvidarlo. Entre otras cosas porque sigue haciendo cosas ¿incoscientemente? que me arrastran al pasado. Mira, se fija, en otros hombres... y digo se fija porque la reacción de los hombres es de ¡Coño! Me está mirando esa mujer y porque, como dice una amiga mía, cuando miras más de dos veces a una persona... ya no es curiosidad. Existe un juego de miradas. Cabreado se lo reprocho y ella niega en un principio, luego dice, "lo he pensado y sé por descarte a quién te puedes referir", y termina, "no lo miro como tú piensas que lo miro, lo miro pensando, ¿esos gemelos son sus hijos?" (el tipo estaba con sus hijos efectivamente). "Son imaginaciones, estás enfermo, siempre vuelves a lo mismo"... me dice.

Quiero decir que antes de reprocharle nada me aseguro que no son imaginaciones mías, y fijarse se fija. Me como la cabeza pensando que, si se dieran las circunstancias, piso compartido, Inglaterra... me volvería a fallar.

Perdonad el ladrillo pero creo que es importante que se supiera toda la historia antes de poder opinar. El tema de las miradas ¿Son realmente imaginaciones mías?

Hoy por hoy, la sigo queriendo muchísimo, fruto de ello tenemos a nuestros hijos.

Un saludo y gracias.