Mi profesor y yo

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Hola,
Es la primera vez que escribo por aquí, pero después de buscar en internet sobre el tema y encontrar este foro muchas veces me he decido a escribir para consultaros.

El semestre pasado, en la universidad, me pasó algo extraño con un profesor. Él no me llamó la atención especialmente las primeras veces que lo vi, pero empecé a notar que me miraba mucho en clase, casi como si diera la clase sólo para mí. Veía que las chicas que se sentaban a veces delante de mí sentían lo mismo que yo, porque no dejaban de asentir al profesor mientras éste explicaba y “nos veía”. Como me sentaba muy atrás y yo estoy algo cegata (tengo que reconocerlo) pensé que serían imaginaciones mías, así que empecé a sentarme más por la zona de las primeras filas. Cuando me senté más cerca de él seguía teniendo la sensación de que me veía.

Yo soy una persona que presto muchísima atención en clase y he tenido siempre una relación muy respetuosa y atenta con mi profesores y sé que valoran que se los escuche. No suelo tomarme como algo raro el que me miren en clase. Lo que me resultó raro en este caso no es que me mirase, es que no miraba al resto de la clase, a los demás. A veces los alumnos de la otra mitad levantaban la mano y no les preguntaba porque ni se enteraba. Además en su clase era una de las pocas personas que le contestaba y que además lo hacía bien (se podría decir que era su mejor alumna también por mis notas). Es cierto que como experimento me cambié un par de veces a la mitad donde él no veía nunca. En una de las veces él dejó de verme. En la otra, al contestarle una pregunta difícil que hizo, él se giró y dio toda la clase que le quedaba mirando hacia mí, que ahora estaba en una parte de la clase hacia la que nunca veía.

Tengo que confesar que fue su constante mirada la que despertó algo en mí por él. Supongo que al principio era simple curiosidad. Yo le mandaba correos con dudas y consultas, y alguna vez nos enviamos algunos discutiendo algún tema. Siempre todo muy correcto (al menos a mi parecer), tanto por mi parte como por la suya. Algunos de ellos incluso los comentó en clase de forma extraña (de uno de ellos, por ejemplo, habló mientras estaba de espaldas a nosotros diciendo que había sido muy interesante). Tanto empezó a interesarme que me decidí hablar con él para ver cómo era. Me acerqué alguna vez a él después de clase. La primera vez que hablé con él me enamoré perdidamente. No por lo interesante que era, sino por la preciosa sonrisa que tenía (ya he dicho que estaba cegata y nunca lo había visto tan bien, jeje). Ahora pienso que nunca tenía que haber hablado con él. En fin, la primera vez yo me puse muy nerviosa y él fue muy majo (tengo que decir también que los dos somos un poco raros). La segunda vez el sonreía por lo que yo decía, pero ni siquiera se paró para hablar conmigo en ningún momento, ni siquiera me miró, sólo al final cuando me dijo algo, y luego ni se despidió, simplemente siguió como había seguido. Me dio la sensación de que yo le molestaba. La tercera vez que le hablé (y conste que yo siempre le hablaba como alumna, para preguntarle algo) él estaba muy nervioso. Apenas me escuchó y mientras seguía andando sin verme contestó nerviosamente “sí” y luego volvió a recontestar de nuevo lo mismo. Fue muy raro. Ese día antes en clase habíamos estado muy poquitos alumnos porque era una clase especial, él y yo nos habíamos estado viendo todo el rato, y al ser tan poquitos quizá se hizo más explícito. La última vez que hablé directamente con él fue en su despacho, para decirle que era un amor (o esa era mi intención antes de entrar). Quedaba un día para que terminaran las clases. Cuando entré en su despacho noté que estaba muy incómodo y entre sorprendido y asustado. Yo no sé si era yo la que le molestaba a él y no sabía cómo quitarme a mí de encima. Por supuesto, no fui capaz de decirle aquello que quería decirle así que le pregunté una duda que tenía sobre el último examen que íbamos a hacer. Soprendentemente para mí, él no fue capaz de mirarme a los ojos para contestarme, agachó la cabeza mientras hablaba. Y digo sorpredentemente porque en clase nos manteníamos la mirada el uno al otro y así nos quedábamos un rato, hasta que él decidía seguir explicando de nuevo. No le entendí nada de lo que me dijo, así que confusa le pregunté si había querido decir X y el sonrió. Y luego muy serio (y de una forma forzada, porque ya digo que se le notaba muy incómodo) él me preguntó si quería algo más. Yo sonriendo como una tonta y mirándolo mientras caminaba hacia la puerta le dije que no, que sólo quería preguntarle aquello. Y me fui. Creo que aquella vez sí se tuvo que dar cuenta de que algo pasaba, yo no pude disimular...

Ya digo que llegué a pensar que yo le molestaba o que me odiaba, pero no entendía por qué, si era así, me seguía mirando. Más de cara al final sus miradas se hicieron más presentes para mí, no es que fueran intensas (porque creo que su mirada ya era así de fábrica), pero es que se quedaba mirando, no sé. ¿Quizás pensaba que era yo la que lo miraba a él? Es un misterio para mí.

Cuando las notas salieron y yo ya no tenía contacto con él, viéndome desesperada ante la insoportable idea de no volver a verlo, decidí enviarle un e-mail. En él le decía de una forma sutil básicamente que quería conocerlo; también que él no había hecho nada raro (siempre parecía muy preocupado por mantener las formas) y que si no quería nada que tampoco pasaba nada (no se lo dije literalmente así, pero la idea es esa). Luego aproveché para alabar su trabajo y darle ánimos (realmente es el mejor profesor que he tenido y quería que supiera lo bueno que era, ya que tienen puteados a ciertos profesores). Y eso fue todo. No llegó a contestarme, ni siquiera para decirme de una forma elegante que no quería. Y así me quedé yo. ¿Quizás lo espanté con el mail? ¿Quizás ya estaba espantado de antes? Él es tímido e inseguro, ¿le causaba inseguridad el que le pudiera desautorizar por ser lista? ¿Sentía curiosidad por mí y por eso me veía tanto?

Los dos somos adultos (yo tengo más de 20 años y el sobre 40), por cierto.
Sé que la historia es un poco larga, pero agradecería el que alguien pudiera aconsejarme. Quiero saber si tengo que pensar en la posibilidad de que me haya tomado el pelo o en que todo hayan sido ilusiones mías y yo lo haya molestado. Temo que aquello que fue lo más real que he vivido nunca quizás haya sido un sueño, una fantasía.

Un saludo y gracias