Ya dije anteriormente que un psicólogo no puede obligar ni imponer. Y mal camino lleva si sigue por esa línea, porque puede encontrarse con un cliente que le ponga las peras a cuarto. Un psicólogo no es un juez ni nada que se le parezca, por tanto no puede obligar nada a nadie.
Lo único que puede hacer un psicólogo es aconsejar, punto y final. Y si ve que el cliente no le hace el más mínimo caso puede decirle que ahorre tiempo y dinero, porque lo está malgastando. Tan sólo eso. Pero como se ponga en plan autoritario o parecido, le saldrán las cosas bien mientras sus clientes tengan la sociabilidad por los suelos, hasta que se tope con alguien con la soberbia por las nubes que no dudará en imponer entonces su autoridad sobre el psicólogo incluso por medio de agresión física si es necesario. Ante todo respeto, por parte de psicólogo y de cliente. Si a éste no le convence el psicólogo, tan fácil como darle la espalda y buscar a otro. Si al psicólogo no le convence el cliente porque es un pasota de mucho cuidado, tan fácil como plantearle si de verdad le conviene perder tiempo y dinero.
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