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Iniciado por Pablolopez1
Llevaba saliendo con mi pareja unos cuantos meses y de la noche a la mañana ha pasado del amor al odio en un momento, diciendo que necesita espacio y quiere estar sola por telefono se fue una semana de vacaciones y al volver era otra persona lo tenia mas que claro el que queria estar sola, no entiendo la situacion ya que 1 dia antes de irse estaba diciendo te quiero y todo eso y derrepente paso que me dejo despues de comportarme con ella tratarla como una reina me hace esto sin darme motivos, preguntando me han dicho personas cercanas que la he agobiado mucho pero yo pienso que no ha sido para tanto las cosas se hablan y se buscan una solucion pero no irse sin dar explicaciones es lo que no entiendo... Ella es mas joven que yo 4 años pero aunque no se sea madura estas cosas pienso que no se h
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El viaje de vacaciones le hizo tomar la decisión. Por lo general en la distancia, o tras estar un tiempo en la distancia, es cuando ocurren estas cosas.
Somos máquinas del autoengaño, pero vamos, auténticas fieras de la distorsión de la realidad. La cuestión es que un "te quiero" se puede decir con una amplia sonrisa, sintiendo todo lo que se dice, y dirigiéndolo a alguien sin el/la cual, no podríamos vivir; o simplemente se puede decir porque se nota que esa persona es importante, pero sin merecer ser ya pareja.
Las palabras son iguales, pero la cabeza se ha transformado. Su amor ha muerto, y sólo lo decía en su forma débil, para no perder demasiada coherencia, o herir. Se quería sentir más o menos bien.
¿Que no es maduro hacerlo? Pues por supuesto, pero ¿Quién madura como es debido, antes de palmarla? Pues unos poquicos. Debería haber completado la frase con el famoso y ultradestructivo "peeeeeero"; "te quiero, pero sólo como amigo". La cuestión es que quizá se estaba agarrando al último hilo de la relación, antes de romperse, por falta de sentimientos.
Irremediablemente es así, y un servidor también lo ha experimentado, en toda su crudeza. Es chocante y parece que te han engañado, que te han tomado el pelo miserablemente; sin embargo, es muy difícil cortar cuando se quiere cortar. Un dejador necesita tragar con su propio duelo, contradecirse, autoengañarse para no herir, utilizar esas palabras elocuentes en su acepción más débil, y bailar un tiempo en los infiernos mientras se siente sucio por mantener algo que no funciona y mentir a alguien que le quiere.
Y no es agobio, es el final de la historia. Yo también me agobio si veo llegar el autobús, a 100 metros de la parada, haciéndome correr, pero luego se me pasa; me podría agobiar el trabajo, preparar un examen, pero todo eso pasa.
En el amor, sin extremos (sin invadir espacio personal, o ser frecuentemente impertinente), eso del agobio no existe, sino que es una forma de buscar asesino a lo que ya solito se murió. O quizá sea una forma de decir que el amor está durmiendo, que ya despertará, cuando lleva tiempo fallecido y enterrado. Otro autoengaño más. Ya se autoengañó ella, no lo hagas tú.
Sé consecuente con el final de la historia.