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Hola a todos.
Quisiera contarles mi historia de la manera más objetiva posible con el fin de poder tener sus valiosas opiniones y comentarios, ya que llevo casi dos meses en un proceso de dolor antes desconocido para mi. Aunque he ido mejorando, no entiendo por qué las cosas han sucedido así y tengo miedo de que mi recuperación tarde mucho. Nuestras edades actuales: ella 35, yo 36. Allá va.
Quiero iniciar diciendo que hace siete meses (julio 2017) terminamos mi ex y yo una relación de tres años y medio. La historia es la siguiente, con lujo de detalle para que se entienda mejor las circunstancias de la relación:
1. Fines de 2013 y año 2014.
En diciembre de 2013 conozco a mi ex novia gracias a una página de internet de esas de buscar pareja. Hicimos click inmediatamente a nivel químico. Cabe señalar que yo no buscaba pareja, sino conocer mujeres en general. De uno u otro modo, empecé a salir con ella de manera muy frecuente a partir de la primera cita, donde fue nuestro primer beso. Un mes después tuvimos nuestra primera relación sexual. Ojo, hasta ese momento yo buscaba algo ligero, sin mayor compromiso. Mi ex novia hasta ese momento se había portado atenta, interesada, cuidadosa y amorosa, además de que noté que era "hija de familia", algo que en las culturas latinoamericanas puede llegar a ser atractivo.
Desde la primera cita noté que íbamos rápido: mucha frecuencia en vernos y hablarnos, llamadas y mensajes todo el día, ella me quería presentar a sus padres a las dos semanas, etc. Yo quería ir más despacio por lo que dije arriba.
Una vez que tuvimos esa primera relación sexual, me planteó la típica: que si que éramos, que ella no buscaba solo sexo sino una relación formal. También planteó que quería tener hijos y casarse (lo dijo como idea general, no que lo quisiera hacer conmigo en ese momento).
Entonces, al ver yo que teníamos química y todo eso que he contado, decidí seguir a ver qué pasaba, sin querer tomarlo muy en serio en principio. Durante el año 2014 mi ex novia se mostró muy amorosa y colaborativa, sobre todo en un año que laboralmente no fue el mejor para mí. También me di cuenta de que ella era muy intensa, tenía actitudes de niña mimada y que gustaba de presionar (a los tres meses de estar juntos tuve que presentarle a mi mamá, ya que me empezó a presionar con eso, todo con el rollo de que ella es una chica seria). Y le presenté a mi mamá.
¿Mi actitud con ella cómo era?: iba despacio en temas que se pudieran prestar a mayor intensidad, pero siempre desde la perspectiva de la exclusividad, ya que como dije arriba había rasgos que me gustaban mucho lo que hacía que la respetara y valorara.
Mi relación con su familia: buena, pero eran muy invasivos, queriendo ser amables -en exceso, a veces-.
Su relación con mi familia: buena, pero con sana distancia.
Cabe señalar que su familia es la clásica familia mexicana del tipo tradicionalista y "muéganos". Mi familia es más aislada y huraña, además que somos una familia de profesionales con nuestros propios trabajos y proyectos.
2. Año 2015.
Todo seguía igual como en el punto 1 anterior.
Viajábamos solos -para esto yo tenía que hablar primero con la mamá, quien siempre me enfatizaba que nunca le daba ese tipo de permisos a su hija pero que entendía que "los tiempos han cambiado"-. La relación se fue fortaleciendo, me fueron gustando cosas de ella y de su formación, y empecé a tomar la relación en serio, porque la notaba una chica seria. Ella como siempre seguía siento intensa, presionaba mucho para lograr las cosas, y con actitudes de niña mimada, pero para mí eso era "pecata minuta" por ser "cosas de mujeres". Desde siempre me llamó la atención algo: una de sus frases favoritas era "Al príncipe hay que asfixiarlo hasta que se vuelva azul".
En este año por primera vez ella me plantea a mí directamente "hacer una vida juntos y formar una familia". Quedamos en explorarlo para hacerlo durante el año 2016. Ella aceptó mi propuesta de irnos a vivir juntos en 2016, sin antes casarnos. Ella aceptó, siempre que lo empezáramos a planear formalmente en enero de 2016. También en ese año me di cuenta de que tenía un pasado más cruento de lo que uno se pudiera imaginar bajo el contexto narrado anteriormente, y empecé a notar actitudes de "bitch" conmigo y con la gente en general, y mucha presión para todo, sobre todo respecto a su edad para embarazarse.
¿Cómo era yo? Como siempre: muy independiente, me gusta tener mi espacio y mi tiempo, llevar a cabo mis proyectos personales, y a su vez, me gustaba yo darle espacio en tiempo y espacio mismo, que conviviera con su familia sin necesariamente estar yo y así. Ojo: ella nunca me pidió que le diera espacio. Pero esa siempre ha sido mi idea: ser independientes y la pareja es un complemento y la zona de paz que uno busca, no lo único. Esto empezó a "disgustarle" a ella. Incluso, me decía que yo no la amaba tanto como ella a mí por eso, porque no me "gustaba pasar más tiempo con ella, y además con su familia".
Mi relación con su familia: buena, pero empecé a tomar distancia, ya que me empezó a disgustar lo invasivo de su familia en general y lo folclóricos que son.
Su relación con mi familia: buena, porque se hizo más frecuente, pero empecé a recibir comentarios (de mi hermano) de que no le gustaba para mí y de actitud de disgusto cuando estaba ella -mi hermano es muy intuitivo-.
Cabe señalar que también me di cuenta de que sus aspiraciones profesionales como abogada eran inexistentes, lo que no le preocupaba pues tenía económicamente todo resuelto. En cambio, yo tengo el desarrollo profesional como parte esencial, siendo abogado, además de que tengo que trabajar para mis gastos. También noté que ella no me impulsaba mucho siendo que sabía lo que para mí significa el plano profesional. Yo trataba de impulsarla, pero no mostraba interés en dejarse impulsar.
Ni siquiera ejercía su profesión. Tenía un negocio.
3. Año 2016.
Año clave.
Nos pusimos como tiempo para mudarnos juntos el mes de junio de 2016. No pude cumplir porque perdí mi trabajo en marzo de 2016 y no tenía un respaldo económico para cumplir bajo esa situación. Asimismo, aprovecho para fundar mi Firma de abogados que tenía como meta profesional. Eso hizo que se aplazarán muchas cosas...y que ella empezara a cambiar sus actitudes hacia mí, y empezara a sacar sus verdaderos colores.
Su presión ya empezaba a escalar, sus tonos empezaban a ser agresivos, su actitud hacía mi empezaba a ser malhumorada, recalcándome que ella quería "cumplir su sueño de mujer", y que yo "la estaba humillando y lastimando" y que "no era mi prioridad". Los berrinches se hicieron frecuentes, y muchos de ellos infantiles -cuando se enojaba, a veces se tapaba los oídos y empezaba a "cantar"-. Yo no soy una persona que se deje manejar fácilmente, entonces mis reacciones eran airadas, lo que hacía que las discusiones fueran duras, pero nunca faltándonos al respeto. Además, entre más me presionaba, más necio me ponía yo.
De esta manera, a lo que yo había dicho que sí -convivir- bajo ciertas condiciones en el año 2015, ya eran dudas y cuestionamientos acerca de si sería la decisión "correcta". Es decir, empecé a verla no como un material de esposa -como la veía después de "conocerla"- y la empecé a ver como un riesgo.
Además, ese año noté aún más que anteriormente, que cuando yo la quería impulsar y motivar profesional y personalmente, ella no se mostraba receptiva. Además de que se hizo más notorio que impulsarme y motivarme en mi crecimiento profesional y personal no era una prioridad para ella, y más bien creo que lo que yo quería profesionalmente a ella no le importaba tanto.
También empezó a criticar de manera inequívoca el tipo de relación que yo llevaba con mi familia -en mi familia nos apoyamos económicamente mutuamente y todos cooperamos cuando hay proyectos familiares-, al cuestionar que porque yo pensaba más en apoyar a mi familia en lugar de "ahorrar para nuestro futuro juntos". Incluso, yo le conté una vez que uno de mis objetivos era llevar a mi mamá a Europa. Al cabo de un tiempo me lo terminó reprochando, así como otras tantas cosas de similar estilo.
Si yo tenía dudas, ahora lo tenía más. Trataba de hablar con ella al respecto, pero eran pláticas que no llevaban a nada.
Mi relación son su familia: buena, pero empecé a notar que su mamá empezaba a involucrarse de manera pasiva al sermonearme sobre la familia y el matrimonio.
Su relación con mi familia: buena, pero mi hermano me empieza a decir que me "traía tomada la medida". Yo lo negaba. Sus actitudes "bitch" aumentaron en número y tono.
También noté que sus padres metieron velocidad e incluso me ofrecieron, a través de ella, una casa que tenían ellos a un precio ridículo. Dije que no, pues sabía que vendería mi libertad para siempre. Además, su presión para embarazarse por su edad crecía. Cabe contar que nunca nos protegimos cuando teníamos relaciones. Además, ella tenía quistes en sus ovarios, así como síntomas de algo mayor: propensión al acné, rostro graso, vellosidades, etc. De todo en conjunto me doy cuenta hasta ahora. Quizás era una situación que condicionaba todo y hacía que su urgencia por embarazarse fuera mayor cada vez más.
4. Año 2017.
El año declive.
Su presión creció exponencialmente. Empezó a enfatizar conceptos como "que la humillaba con mi falta de compromiso y formalidad", "que la lastimaba", "que ella estaba siendo herida en su dignidad de mujer". Empezó a tener actitudes pasivo-agresivas muy frecuentes. Mi actitud empezó a ser reactiva, a veces aplicaba la indiferencia, también ya empezaba a estar hastiado -ella vivía a una hora demi casa manejando, a veces ya ni tenía ganas de ir a verla-. Sus reproches acerca de mi "egoísmo" y mi "falta de compromiso hacia ella" ya eran muy feos y groseros.
Nunca se disculpaba respecto a sus actitudes a pesar de que eran muy claras. Se burlaba de mí en público o me hacía pasar malos momentos frente a amigos y familia -ejemplo, hacerme caras y mostrar que estaba enojada conmigo-. Yo empecé a vivir presionado, con culpa y triste -a veces no dormía y sentía el cuerpo enfermo-.
Como parte de su presión para embarazarse, incluso un día fue a consulta ginecológica y llegó con una mega receta con medicamentos para ya embarazarse y llegó con estudios que yo me tenía que hacer para "iniciar el proceso" -un ultrasonido prostático y una espermatobiometría-. Consulta a la que yo ni siquiera asistí. Todo eso no me gustó, se lo señalé por hacerlo sin consultar y se enojó.
Todo ya era una espiral descendente. Hasta que un día, después de una discusión en donde yo le planteé que más que pensar en tener hijos y casarnos lo que debíamos a hacer era cambiar nuestras actitudes para estar mejor, y de ahí empezar a planear. Después de esa discusión me dejó de hablar -me hizo el vacío durante más de un mes-. Le mandaba mensajes y me los contestaba muy groseramente. Le pedía reunirnos una y otra vez y no quería. Hubo muchas veces en donde iba a esperarla a un café cerca de su trabajo para ver si quería hablar y nunca llegaba.
Un día durante dentro de ese mes de vacío, en mi desesperación fui a hablar con sus papás para saber qué pasaba. En pocas palabras su mamá me dijo que todo se resolvía casándome con su hija y que ya tuviera hijos por su edad.
Pasado el mes del tratamiento del silencio, por fin mi ex novia aceptó reunirnos. En esa reunión me puso muy claras sus condiciones: casamiento en menos de 5 meses, embarazarse inmediatamente -incluso antes de casarnos-, y que mis papás fueran conmigo a "pedir su mano". Ahí confirmé que su proyecto era social y reproductivo, más que "común conmigo". Se lo indiqué así, y le dije acerca de reparar nuestras actitudes antes de emprender algo así sin más ni más. No le importó, me reiteró que esas eran sus condiciones y no se movería. Por ella quise intentarlo, contando con que mejoraría su actitud hacía mí y la relación, pero al contrario su presión era peor y más agresiva para que ya pasaran las cosas. Yo ya sabía que, si entraba en algo así, me iba a matar completamente el espíritu. Además, muchas veces durante esas discusiones yo me sentía como un instrumento para su proyecto, que era fácilmente intercambiable. Así se lo dije claramente, nunca me contestaba algo que me tranquilizara.
Hasta que en julio de 2017 tuvimos una última conversación presencial, no llegamos a un acuerdo respecto a los tiempos de casamiento. Yo le pregunté muy claramente lo siguiente:
Pero dime, ¿por qué quieres casarte conmigo?
Su respuesta fue muy extraña: “Porque te amo y me gusta mucho tu familia”. En ese momento yo sentí algo: una respuesta insegura, solo por contestar algo, sin mirarme a los ojos sino hacia otro lado, desesperación. SENTÍ TODO MENOS AMOR Y CARIÑO. Eso que sentí no lo puedo describir, pero me hizo sentir que para ella no era yo como persona, sino como instrumento.
Al otro día terminó cortándome por teléfono. Sentí tristeza, pero también un alivio descomunal. Aun así, dejé que se enfriara todo, y un mes después la busqué aceptando todos sus términos y condiciones, pero ya no quiso nada. Lo entendí, y lo acepté sin problema -quizás era la respuesta que yo deseaba-. Y ella se desapareció. Ya no supe de ella.
5. Desenlace.
Resulta ser que yo venía procesando MUY bien la ruptura. Me sentía libre. A veces tenía una nostalgia muy positiva, sabiendo que todo había terminado razonablemente bien en donde ella se alejó de mi porque no respondía a su proyecto específico (mi único sentimiento negativo era que un día de septiembre me convocó la mamá de mi ex novia a reunión a su casa para llamarme, en pocas palabras, “poco hombre” por no cumplir, y por quitarle tiempo a su hija y hacerme comentarios muy ofensivos y humillantes, y pagarme un dinero que me debía pero de una manera muy grosera).
Posteriormente, en diciembre de 2017 resulta ser que me entero por redes sociales (PORQUE ELLA HIZO TODO PARA QUE ME ENTERARA AL HABER DEJADO EN FACEBOOK A UNA AMIGA MÍA, NO AMIGA SUYA) de que casi a los dos meses de romper -septiembre 2017- ya andaba formalmente con alguien -aparentemente menor que ella-, y empezó a subir fotos a FB, en donde ella viaja sola con él y juntos en fiestas familiares y eso (HAY QUE RECORDAR QUE MÁS ARRIBA MENCIONÉ QUE SU MAMÁ ENFATIZABA MUCHO ESO DE QUE NO DABA ESE TIPO DE PERMISOS) y le decía “te amo” -ella a él y él a ella- y esas cosas.
Es decir, siendo evidente que aplicó el concepto de la “velita encendida”, configurándose una deslealtad e infidelidad, además de que TODO ESO QUE HIZO PARA ENTERARME FUE PARA DAÑAR, NO SE SI POR DESPECHO, YA QUE OTRA COSA NO SE PUEDE INFERIR AL HABER DEJADO A MI AMIGA COMO SU AMIGA EN FB CUANDO NO HABÍA SIQUIERA UNA AMISTAD.
De esto me di cuenta el 22 de diciembre de 2017, y me pegó mucho, demasiado. El dolor que no había sentido en meses posteriores a la ruptura, lo sentí muchísimo a partir de ese momento.
Cabe señalar que después de la ruptura le mandé mensajes y correos muy positivos dándole las gracias y decirle lo bonito de nuestra relación. Sus respuestas eran agresivas reiterando que "la había humillado y lastimado".
También después de enterarme de su nueva relación el 22 de diciembre le envié un correo diciéndole cosas muy positivas, pero SIN PEDIRLE REGRESAR, SOLO ME NACIÓ. Me contestó igual de feo. Le contesté ese correo haciéndole ver que me había dado cuenta de lo que había pasado y que me había decepcionado. Me contestó otra vez muy feo. Horas después me mandó un correo muy raro haciéndose la víctima y disculpándose conmigo. Pero fue un correo muy raro. Ni siquiera lo sentí congruente y sincero.
Aunque después de casi dos meses de este dolor voy mejor, sigo sintiendo esa opresión en el pecho y mucho revisionismo de la relación.
Algo no entiendo es lo siguiente: sé que así sin ella estoy mejor, que por algo siempre dudé de formar algo con ella, que algo no terminaba de cuadrarme. Sé que no hubiera sido un buen matrimonio, ya que todo hubiera sido forzado y bajo presión.
Entonces, ¿por qué me siento así? ¿Por qué me pegó tanto y hasta ahora? ¿Qué debo hacer para recuperarme al 100? ¿Me duele porque me sentí utilizado? ¿traicionado? ¿Porque me di cuenta que no me amaba tanto como decía?
Me considero una persona sana emocionalmente. Eso fue lo que siempre le ofrecí y le di. Siento que ella no era tan sana. Tengo miedo que mi sanidad se vea mermada por esto y me impacte en relaciones futuras. Tampoco soy una persona dependiente emocionalmente. Me gusta mucha mi libertad y dar libertad, y también vi que eso no era bien considerado por ella. Conclusión: NO ENTIENDO NADITA.
Algo que me tranquiliza es que ni siquiera me pasa por la cabeza tratar de recuperarla ni de contactar de alguna manera ni checar sus redes sociales. Además de que tampoco cuando pienso de la situación, me la imagino con su nuevo novio ni teniendo relaciones con él, o sea, lo que quizás extraño son los buenos momentos de la relación, no tanto a ella como tal.
El caso es que sé que mi situación es mejor ahora que si yo me hubiera casado con ella, relación en la que yo tendría el espíritu muerto. De eso estoy muy consciente. Mi único miedo es que mi recuperación tarde mucho.
Necesito sus consejos y opiniones, amigos.
Saludos.
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