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Mi cerebro es un corazón, mi corazón es un cerebro
(El orden de las palabras no altera el sentimiento)
Estoy frente a la PC en mi escritorio, no logro concentrarme para el trabajo. Estoy pensando en ti, tu nombre en mi mente, leo tus mensajes pasados de amor hacia mi. Pero también están los mensajes malos cuando me hablas con mucha dureza, pero los mensajes de amor valen por MIL.
Ayer pase una tarde inolvidable al lado tuyo escuchando música, viendo TV a la vez que hacíamos el amor con tanta pasión, sentí que nos amábamos con un sentimiento muy fuerte.
Lo sentí con el roce de tu piel con mi piel, no quería despegarme de ti, te dije que deseaba que fuéramos siameses y estar unidos por nuestras partes íntimas y nunca intentar separarnos.
Solo se que tengo que disfrutar este momento contigo, seguir escuchando tu voz que me encanta. Con solo escucharte me excito, soy feliz, me haces feliz con solo verte y hablar contigo, con solo mirarte se que te amo y mucho.
Creo que el poder disfrutar este sentimiento es un regalo de Dios, solo EL puede permitir que un ser humano puede amar a su prójimo en esta magnitud. A pesar de mis 46 años, soltera y sin hijos pueda seguir creyendo en el amor y también poder disfrutarlo. Tú con casi 35 años y una hija de 6 años, volviste a creer en el amor.
Creo que es hora de seguir trabajando y que sigas siendo mi incentivo para muchas cosas que pueda hacer en la vida, no se cuanto tiempo el sentimiento de ambos siga “vivo”, no se cuanto tiempo me permitas verte y alegrarme la vida.
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