Gracias forete por vuestra gratitud, gracias amigos por demostrar que se puede llegar a cualquier lugar con la firme voluntad de un pueblo decidido a superar cualquier coyuntura, por adversa que ésta sea, si la meta a alcanzar es deseada por todos y merece la pena.
He nos aquí, celebrando mi 300 Agradecimientos y debo confesaros, aunque me tachéis de falsa modestia, que me siento con las mismas ganas y energías que al principio para llegar no a los 300, sino a los 400 y más allá si fuese necesario.
Desde ésta tribuna quiero agradecer encarecidamente a quienes han depositado en mí su confianza y han hecho posible, con su apoyo, que hoy estemos celebrando fastuosamente mis 300 Agradecimientos, fiesta que eclipsará por siempre a la Fiesta de la Hispanidad, pues tal día como hoy, será por siempre recordado, que se alcanzaron mis 300 Agradecimientos.
Por cierto, quiero una estatua ecuestre y que sean sacrificadas dos doncellas y un moderador en mi honor.