Hola, he llegado al foro curioseando por internet. Lo cierto es que llevo ya varios años investigando sobre el tema y llevándome sorpresas. Con diecimuchos, veintipocos yo también era "heavy", quizá por influencia de los amigos (aunque como género siempre me ha gustado, hasta a día de hoy).
Pero la verdad es que me decepcionó mucho cuando empecé a oír comentarios abiertamente racistas en el único bar metalero de mi pequeña localidad. Caí en la cuenta que los más militantes en sus ideas eran precisamente los blackmetaleros.
Bicheando por ahí descubrí el origen del género en el Oslo de principios de los 90. El amigo Varg Vikernes de Burzum, sus escritos neopaganos, el rollo nazi, eso de quemar iglesias medievales y matar colegas... Acabó en la cárcel, lógicamente, desde donde dirige sus blogs y compone música.
Muchos otros, en cambio, andan sueltos, y no sabemos si son más o menos peligrosos.
El hilo, quizá sin pretenderlo Bull, se ha convertido en un "think tank" sobre la cuestión
El tema produce sin duda indignación e ira, sobre todo, teniendo en cuenta, como bien dice, los vínculos con el movimiento obrero de los 80.
El heavy era libertad para llevar el pelo largo, beber en el parque y fumar petas, al más puro estilo Gigatrón (quienes hacen por cierto una parodia más seria que los autoparódicos "serios", como Manowar, también un tanto ultras). Ahora que todas esas conquistas sociales son "normales", no puede sorprender que la ultraderecha las asuma como suyas (aunque no siempre).
Lo que estamos evidenciando, creo, es el clásico efecto péndulo, mezclado con lo que se ha venido a llamar ideologías estéticas. Por un lado, lo primero es la progresiva derechización en bloque de la sociedad tras la caída de la URSS y el triunfo absoluto de las políticas neoliberales (los mismos de la crisis) desde el 91 en adelante, barriendo y negando derechos e igualdad incluso en los "avanzados" países nórdicos (baste ver los disturbios en Estocolmo de mayo).
Por el otro, si los hippies de los 60 eran "antisistema", las ideas fueron paulatinamente comercializadas por el capital hasta convertir las "pintas" de los 80 en pura imagen. Quizá el único avance de la época fueron los rockeros del pelo largo, con las ambiguas referencias al movimiento homosexual en los EE.UU. Ahora todo para atrás: ya vemos en Francia con lo de la ley del matrimonio gay.
Los mensajes de la música, por tanto, me temo que se han ido idiotizando porque, si no, la discográfica no te sacaba el álbum. Ahí tenéis a Reno Renardo, que se autoproducen y son críticos con el sistema, con la SGAE, con el bipartidismo y con Bilbao (son de allí). La firma de turno está muy ocupada con el señor Bieber y demás excrementos de nuestra época musical.
Para concluir, que me enrollo, pero es que el hilo está muy bien
, decir que en el fondo me siento tonto por no haberlo admitido antes. Una música que habla de tanta violencia y venganza... Tiene un lado oscuro, Luke Skywalker. Ya se dice: de un extremo al otro hay un paso. Estos nazis del metal han logrado que me guste el metal sin los metaleros. Una pena, pero es que hay mucho loco suelto. Eso sí, esos frikis no tienen ni media hostia dialéctica más allá de "X es la *****" (donde X es un solo, canción, guitarrista...)
¡Salud!