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El asunto es que hace dos años que me interesa mucho una persona que vive en mi edificio. Reservada, tímida, rutinaria en horarios, poco social. Sólo coincidimos en el rellano de pascuas a ramos, como dicen los abuelos. Pero siempre nos saludamos, o incluso me hace algún cumplido, claro que nunca de frente, espera a estar ya espalda con espalda, cuando uno sube y la otra baja... Y yo que siempre voy con prisas no me da para reaccionar. Total, que un día me armé de valor y le regalé un cd de música, y dentro una nota inofensiva y respetuosa. De esto hace dos semanas. Lo aceptó con sorpresa y con una sonrisa enorme, cosa que fue fantástica porque nunca había visto su sonrisa tan plena.
No sé si le ha gustado el cd, al menos no me lo ha devuelto metiéndolo en el buzón, o si espera a cruzarse conmigo para devolvérmelo y decirme- lo siento, me halaga pero no te veo como tú me ves a mí- o lo que sea. El problema es que desde ese día evito absolutamente encontrarme con esta persona. Y me siento en el mismo lugar que antes de regalarle el cd. Con incertidumbre y pensando que soy idiota por evitarle, pero me digo, sabe donde vivo, podría bajar a este piso y llamar a mi puerta, en fin, el típico rumiar, justificar... Y demás verbos que aplacan o encienden nuestros miedos al rechazo...
Será una persona muy muy tímida ? Quiere hablar cara a cara? Ha pensado, oh fantástico, otro cd para mi colección!! Necesita su tiempo? O ha pasado de todo?
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