Nadie puede forzarle a qué se decida a hacer algo.
Si tú intentas forzarlo, solo empeorará el asunto.
Mejor pregúntate si de verdad te compensa esa relación a medias. Las historias de hombres casados que no dejan a la esposa por miles de motivos abundan. Al final, son excusas para jugar a dos bandas, y se justifican diciendo que "su relación está mal". Cuando las cosas no van bien de verdad, sin pensarlo mucho, al menos se van de casa.
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