¡Hola! No pones tu nombre, el mío es José Carlos La Fontaine. Actualmente tengo 28 años y la mayor parte de mí vida la pasé sintiéndome el hombre más miserable, insignificante, feo, perdedor e invisible de este mundo. Una lombriz tenía a mis ojos más valor que yo.
Tuve una novia cuando tenía 17 años, y terminé con ella a los 19, como verás durante muchos años mi concepto de hombre se hizo inexistente. Yo miraba a todos mis compañeros hombres, algunos menos agraciados físicamente que yo, que tenían novias y que los querían (!!) Para mí era increíble porque pensaba que nadie se podría interesar en mí, quererme de verdad. Era algo insoportable ver a los demás con su aparente felicidad. E hice de eso mi mundo. No pensaba en otra cosa que en mi miserable vida, pues es lo único que yo veía.
Intenté suicidarme varias veces, me volví alcohólico y adicto a la pornografía. Me aislé en un mundo interior que no permitía el acceso a nada. Dejé de estudiar, no trabajaba, me hundí en una depresión profunda, y representaba el papel de joven cool e interesante cuando estaba lleno de alcohol. Pero ni aun en aquellas fiestas las personas realmente se interesaban por mí, mucho menos las mujeres. Y por supuesto, ¿por qué lo iban hacer? Si yo era un hombre que me sentía miserable y no tenía para ofrecer lo que los demás jóvenes tenían para ofrecer. Lo has visto: anécdotas divertidas, aventuras con los amigos, pláticas interesantes, etc. ¿Qué les iba a compartir? ¿Mi depresión? ¿Mis películas pornográficas? Intenté alguna vez contarle a mis "amigos" y primos lo que me sucedía, pero se burlaron y quedé como "El loco" y "El rarito" en mi familia.
Así que me dediqué al ocultismo y a la brujería, pero no cambiaba nada. Ingresé a la masonería buscando algo para mí. Me hice miembro también de la fraternidad llamada de la Rosa Cruz. Me inscribí en un entrenamiento transformacional, fui con brujos, me compré una "santa muerte", contrataba prostitutas... en fin, son muy extensas las cosas que hice para llenar mi vacío. Pero, ¿qué crees? ¡Nada cambiaba y yo tenía ya 26 años! ¡26 años!
Sucedió entonces que días después de cumplir mis 26 años, estaba yo en una fiesta con un cigarro y con una copa de alcohol en las manos, estaba un poco ebrio ya, y de momento me invadió una tristeza pesada porque en la fiesta todos bailaban, se besaban y yo estaba parado ahí nada más viendo sin nada por delante, sin futuro. Me sentí morir, miserable, una basura. Empecé a llorar disimuladamente y entre dientes, y aprovechando el ruido dije: "Yo no llego a mis treinta años así, antes me suicido. Juro que me suicido, así que si Tú existes Dios y te importa algo este hombre que soy, te doy cuatro años para que me muestres dónde está mi lugar, a dónde pertenezco yo, sino yo me suicido, porque ya no aguanto más"
Y era verdad, yo ya tenía planeado cómo iba a suicidarme, cada día lo planeaba. Ya tenía el lugar y la hora. Había escogido cortarme las venas a la salida del sol en un lugar alto para observar mi último amanecer. Suena crudo y triste ¿verdad? Pero es cierto. Sin embargo Dios no me contestó a los 4 años, me contestó 4 meses después. Mi familia me llevó a la Iglesia Universal y dos semanas enteras en los servicios me la pasé llorando sin parar como niño, como nunca había llorado, ni aun en mis momentos más tristes, pero después de esas semanas bendita, me convertí en un ser totalmente nuevo. Soy un hombre distinto. Ya no soy adicto a nada. Ahora estoy apunto de terminar mi carrera universitaria, me casaré dentro de poco, tengo un trabajo con un buen sueldo en una empresa prestigiosa, y no siento más ganas de morirme. Me siento pleno, lleno de felicidad, de gozo y de paz, de ganas de vivir.
Mi bella y valiosa amiga, no estoy haciendo publicidad, no gano nada yo. Pero si el Todopoderoso pudo conmigo estando yo tan mal, ¿no podrá también con tu caso? Sólo te pido que cuando hayas intentado de todo y nada te haya funcionado, te acuerdes de este mensaje. Créeme, si yo pude vencer, tú también puedes vencer. No te dejes derrotar. Eres más valiosa y fuerte de lo que tú crees.
. No, me perdí en la selva, y me obligaron a casarme con una chica de una tribu indígena. Al siguiente día, la mataron los caníbales.
Modo Híbrido
