Cuando uno pasa de tener una relación cordial a tener otra más íntima con alguien se establece un vínculo. Difuso, del tipo que sea, pero hay una conexión más allá de la que podemos tener con un conocido o un amigo. Están muy de modas las llamadas
amistades con derecho a roce, pero no dejan de ser imitaciones a una real, para cubrir carencias momentáneas. En cierto modo
mercantiles.
Quizá debieras haber esperado a poder estar con él y no tener otras relaciones entretanto. Pero estas cosas pasan.
Oficial, no. Oficiosa, sí. Y ha terminado desde el momento en el que te has acostado con otra persona. O debería terminar. Cuando uno se observa desde dentro y lo que ve le desagrada, generalmente tiene una buena razón para hacerlo.
Lo lógico sería justo lo contrario: decirle al chico que estabas conociendo lo que ha sucedido (íntegramente) e intentarlo con el otro, que es al que quieres realmente. Con el primero no ha habido más que un
sucedáneo, y tiene todo el derecho a buscar a alguien con quien poder sentir las mismas cosas que sientes tú con tu amigo/debilidad.
En cualquier caso, esto es un camino sin retorno y debes renunciar, completamente, a uno de los dos. No se debe navegar a dos aguas porque eso sí que es algo reprobable.
Para este tipo de casos sirve muy bien ponerse en lugar del otro:
"¿Cómo me sentiría yo si la persona con la que estoy piensa en otro y se ha acostado con él?"
En la respuesta que te des estará la clave de lo que debes hacer.