Veo a mi alrededor y solo veo a personas desoladas, no quiero generalizar, pero los problemas hoy en día los tenemos todos. Siento que cada vez hay más gente que quiere irse por un momento a cientos de kilómetros para olvidarse de sus problemas. Siento que cada vez hay más gente metida en sus hogares manteniendo conversaciones como lo estoy haciendo yo ahora mismo, desde una habitación, como millones de personas. Veo que cada vez estamos más robotizados y esto de Internet cada vez me huele peor.
Recuerdo cuando era adolescente y no existían los teléfonos móviles ni las redes sociales, lo felices que éramos simplemente jugando en la calle o ligando en la calle con esa chica o chico que nos gustaba. Recuerdo lo bonito que era escribir una carta a esa chica que te gustaba y mandarla por correo ordinario y esperar su respuesta (esa carta que traía el cartero).
Ahora mismo no podemos evitar que nos quiten lo que ya conocemos porque así es el ser humano. Conocemos las nuevas tecnologías, nos adaptamos a ellas y vamos olvidando la vida real que es la más bonita de todas, la unión y el contacto real y no el mundo cibernético que nos hace cada día más tontos.
Cada vez estoy más convencido que las nuevas tecnologías nos hacen más daño de lo que pensamos.
Yo si que me iría un tiempo al pasado con los Samuráis por poner un ejemplo. Hay una película muy bonita, "El último Samurái"...., que trata de un Capitán Americano alcohólico a la deriva, atormentado moral y espiritualmente, lo raptan los Samuráis para conocer mejor a su enemigo. Lo tienen en sus aldeas durante un año, estará durante ese año bajo las órdenes de Katsumoto (líder y jefe de los Samuráis).
La película cuenta como el Capitán es capaz de dejar el alcohol mientras se encuentra capturado por los Samuráis y se va enamorando cada vez más de su forma y estilo de vida (nada que ver con América). Ve un mundo mejor, y encuentra lo que tantos intentamos encontrar y tan pocos solemos encontrar (esa paz y tranquilidad consigo mismo que le lleva a enamorarse de aquella raza)
Pasado ese año lo sueltan y vuelve a su país de origen (América), y ve con sus propios ojos como están preparando un ataque para derrotar y que desaparezcan para siempre los Samuráis.
Su amor a esa cultura, a esa sensación de libertad, hacen que vuelva a Japón y luche al lado de los Samuráis. Os recomiendo esta película para aquellos que no la hayáis visto. Es muy bonita.
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