Más dura será la caída

Danteojos

Jimmie Nicol era un músico de poco renombre al que en un momento dado la fortuna pareció llamar a su puerta. Era el año 1964. Los Beatles estaban en plena gira cuando su batería, el famoso Ringo Starr, contrajo una afección bacteriana que le iba a tener postrado en cama durante varios días, y dado que suspender conciertos equivalía a cerrar la caja registradora, lo que en pleno auge de la beatlemanía venía a suponer unas pérdidas económicas del carajo, al señor Brian Epstain, que era el manager del cuarteto de Liverpool, se le ocurrió contratar para la ocasión a este tal Jimmie y durante unos días incorporarlo a la mágica banda.

A Jimmie le cortaron el pelo, le embutieron en la ropa de Ringo y, ale, al escenario. Tocó con los Beatles durante ocho conciertos, así como en un par de actuaciones en televisión, llegando incluso a ser entrevistado en un programa de bastante renombre. El caso es que durante ese corto tiempo (apenas quince días), el bueno de Jimmie vivió de lleno en el firmamento de la fama, de cuyo esplendor pudo gozar a sus anchas, absorbido por un mundo de color donde todo quedaba al alcance de la mano. Subido a la limusina con sus otros tres compañeros, multitud de enloquecidas muchachas gritaban desesperadas y se acercaban sólo para rozarle con sus dedos, cuando días antes, como él mismo confesara, esas mismas chicas no le hacían ni puñetero caso.

Sin embargo, el sueño acabó el día en que Ringo, ya recuperado, se reincorporó de nuevo al grupo. Ese día le dieron a Jimmie un cheque de 5000 libras, un reloj grabado, las gracias y un pasaje de avión para Melbourne, su ciudad de residencia. Ahí acabó todo… Mejor dicho, ahí empezó su calvario, porque Jimmie Nicol jamás se recuperó de aquello, los quince días de vino y rosa junto a la banda británica le dejaron unas cicatrices que habrían de marcarlo para siempre. Nunca fue capaz de superar el hecho de haber sido arrancado de cuajo de aquel universo de fantasía, un universo de adoración ciega, de fama sideral, de auténtica idolatría, para ser de nuevo arrojado al mundo real. Así que comenzó a llevar una vida loca y disoluta, dando golpes de ciego aquí y allá, embarcándose en proyectos absurdos que una y otra vez desembocaron en estrepitosos fracasos.

Y yo me pregunto, luego de contemplar este caso (que en el fondo no es sino uno más de los muchos similares que puede haber), si merece realmente la pena tocar el cielo con los dedos, aunque sólo sea durante un segundo, si luego se ha de volver a la tierra. Supongo que no deja de ser cierto aquello que dicen que cuanto más alto se sube, más dura será después la caída.

NaRiK0

La caída depende de lo grande que tengas la cabeza (y no de tamaño precisamente). Conozco a gente que sin falta de ser famosos, en época de bonanza se dedico a gastar por encima de sus posibilidades.
Que si me compro un bmw.
Que si me compro una moto.
Que si me compro un adosado que me cuesta un riñón y la mitad del otro.
Que si un rolex, y, y, y...

¿Que pasó?. Que las vacas flacas siempre pueden aparecer en tu horizonte, y si eres un/a manos rotas que no piensas en el futuro (una cosa es vivir como un hermitaño y no darte ni un capricho, asequible) y otra que pienses que la gallina de los huevos de oro nunca se puede terminar.

Compartí piso con una persona que era así. Lo de carpe diem era literal con ella. Lo peor es que pasaba de los 60 años. Y a mí lo único que me daba era pena, que con semejante edad tuviera tan poco sentido común.
Llegó al punto de que la declaración de la renta le salió a pagar (una pasta) y tuvo que pedir un crédito para pagar.

No podría vivir así. Prefiero ser hormiguita sin grandes lujos que cigarra que se muera de hambre.

El caso que cuentas, lo que debió hacer después de su éxito como suplente, debería haber sido tirar del carro y buscarse la vida en otro grupo. Pero siendo un segundo, a saber que ideas absurdas se le pasaron por la cabeza. Pensaría que iban a despedir al músico principal para quedarse él.

No Registrado

Como dicen los mediocres: cuidado con lo que sueñas porque se puede cumplir.

Supongo que hay un tipo de persona a la que las alturas le dan vértigo, y prefieren quedarse en el valle, en la casita con chimenea, tranquilo y seguro, rodeado de su gente. Mejor eso que subir a la cima de la montaña, porque las vistas serán tan impresionantemente bellas que le cambiarán la vida. Y descubrirá además que el mundo es más grande de lo que había imaginado, que más allá de las montañas hay otro valles, también confortables a su manera, con otras gentes distintas pero también interesantes y hospitalarias, que te enseñarán cosas que harán que la vida en tu propio valle, con tu gente, sea aún mejor.

Para muchas personas es mejor quedarse en el valle, mirar a la montaña, preguntarse cómo deben ser las cosas allí, qué habrá más allá, y decir: bah, seguro que no es para tanto.

Lupercal

Es más rico quien menos necesita que quien más tiene. Be water my friend.

Marcado

Similar le pasó al primer batería de la banda, Pete Best.

Earth

No supo gestionar lo que le estaba pasando, debió haber sabido que aquello solo era temporal, debió tomarlo como unas vacaciones de lujo.

Lares

Yo desde luego no rechazaría la posibilidad de tocar el cielo con los dedos durante un segundo y luego volver a la tierra. Para mí eso no sería una caída, sino una oportunidad.

Distinto sería querer alcanzar el cielo para quedarme y un día amanecer en la tierra.

En el caso en concreto del tipo que tocó 8 conciertos con los Beatles, indudablemente lo gestionó mal, quizá no estaba preparado emocionalmente para algo "tan grande" y en vez de disfrutar de una experiencia única que muchisíisima gente ya hubiera querido vivir, le causó un trauma.

Todo escalador ha de ser consciente de que se puede caer. Si eso no se tiene asumido, meditado, mentalizado...mejor no escalar.

dadodebaja58316

Creo que aprovechar la oportunidad de tocar el cielo si se te presenta es lo que da sal a la vida. Pero esta persona ya sabía a qué se exponía, y si en el camino se le olvidó... es que como ya han dicho, le faltaba un hervor.

Al tocar ese cielo hay que aprovechar para replantearse cosas si no somos felices con lo que somos y lo que nos rodea, para empezar un nuevo camino que nos lleve a algo cercano a cumplir nuestras metas, nuestros sueños.

Ese cielo es algo puntual y pasajero; viene y se va, y después quedamos nosotros con nuestras neuras y bajones. Hace falta conocerse bien a uno mismo para caer sobre blando, no hacernos tanto daño, y de ahí reencontrar el equilibrio para seguir caminando y recordar aquella experiencia con una sonrisa (y poder contarla orgullosamente como anécdota de aprendizaje y de vida).

fj bulldozer

Hay un dicho cuyo enunciado es así: "Alcanzó lo más alto pero se vio forzado a reencontrarse con la realidad". El sustituto no tuvo en cuenta que Ringo era el verdadero batería de los Beatles y era cuestión de tiempo que volviera a la banda. No asumió que solo era un suplente y, cuando Ringo volvió, no pudo superar el tener que volver a ser un "ciudadano anónimo". Quiso continuar viviendo en plan rock star y desde luego él no lo era. Eso fue su cruz. Y eso que solo estuvo dos semanas con la banda de Liverpool.

Puedo poner ahora un ejemplo diferente, de alguien que alcanzó lo más alto, tras haber estado años con un grupo de segunda fila, que tenía un público fiel, pero un público reducido al fin y al cabo, limitándose a tocar en salas de conciertos, y de golpe y porrazo acabó siendo el cantante nada menos que de Iron Maiden. Me estoy refiriendo a Blaze Bailey, quien durante 4 años, entre 1995 y 1999, fue vocalista de la Doncella de Hierro, probablemente la banda más conocida de heavy metal de todos los tiempos.

Blaze pasó de ser un fan total de Iron Maiden, a los que escuchaba a todas horas tanto en casa como en su coche, a ser su cantante. Obviamente estaba lleno de alegría cuando fue elegido, había alcanzado lo más alto que podía alcanzar un músico de heavy metal, ser miembro de la banda que tanto le gustaba. Pero no tardaron en aparecer los contratiempos.

Hay que tener en cuenta que Blaze tuvo que sustituir nada más y nada menos que a Bruce Dickinson, uno de los mejores cantantes de heavy del mundo, quien puso el listón altísimo y no podía ser sustituido por cualquiera. Bruce no solo es un cantante excelente, sino que además tenía carisma y estaba habituado a dar 300 conciertos por año, mientras que Blaze no. Comprobó en persona la diferencia que había de cantar en su banda Wolfsbane a cantar en Maiden. Y no es que Blaze fuera un mal cantante, es que su voz no se parecía ni por asomo a la de Dickinson y al cantar los temas de Maiden grabados por éste, se notaba un disparate la diferencia. Los fans de siempre de Maiden nunca lo terminamos de aceptar. Y por si eso fuera poco, casi siempre tenía problemas en las cuerdas vocales, ya que no estaba habituado al ritmo que imponía Maiden de dar tanto concierto en un solo año y tocar ante varios miles de personas. Se le notaba cada vez menos integrado en el grupo y muy estresado. Por ello pronto comenzaron los rumores que era cuestión de tiempo que Dickinson volviera a la banda, pese a que estuviera enemistado con Steve Harris, el líder de Maiden, ya que Bruce dejó la banda en su momento en términos no muy amigables, alegando que estaba cansado ya de tanta gira y quería realizar sus proyectos, lo cual enfureció a Harris en su momento. Pero con el fracaso de Blaze, que por su causa tuvieron que cancelar bastantes conciertos, Harris comprendió que era el momento de hacer las paces con Dickinson y que volviera a la banda. A comienzos de 1999 Blaze ya era oficialmente ex cantante de Iron Maiden, que aunque supuso al principio una tristeza para él, en el fondo se vio libre de todo aquel estrés y disciplina que representaba estar en una banda líder de la música mundial.

Tras dejar Maiden, Blaze formó una banda con su propio nombre y volvió donde había empezado, a ser un músico de segunda fila. Ya no ganaría tanto dinero, pero sin duda tendría más tiempo para vivir. La vida de rock star no es para todo el mundo y desde luego para él no lo era, como quedó bien reflejado en su etapa en Maiden. No siempre merece la pena llegar a lo más alto.

Danteojos

Interesante aporte, Bulldozer Desconocía esa anécdota de los Iron Maiden (confieso que mi tipo de música es más bien la ópera) y me ha resultado muy curioso. Lo que no logro entender es por qué, si se trataba de sustituir al cantante, no cogieron a alguien con una voz parecida. Pero, en fin, tendrían sus razones, digo yo.

luchanadj

Eso le pasa por no tener los pies en la tierra. Sabía que era una suplencia. Le pagaron estupendamente ¿qué más quería? Con ese buen dinero (para la época) hubiese empezado un proyecto modesto, acorde a su bagaje y hubiese salido adelante haciendo bolos humildes como todo el mundo y quien sabe...Lo fácil es echarse al río....Ay mentes frágiles...

fj bulldozer

Bueno, Danteojos, sin tratar de desviar tu tema, voy a explicar el por qué los Maiden no eligieron un cantante con una voz idéntica o similar a Dickinson.

Antes que Dickinson, Maiden ya habían tenido otro cantante, Paul Di Anno (bueno, antes que este habían tenido dos más, pero con ellos no grabaron disco alguno, Di Anno fue el cantante con el que grabaron sus dos primeros discos) y tenía una voz muy personal, no tan técnica ni excelente como la de Dickinson, pero sí que tenía un timbre muy particular y un tono grave, que le emparentaba más con el punk que con el heavy. Es más, Di Anno procedía de la escena punk y aceptó el reto de cantar con una banda que era puramente heavy metal como Iron Maiden, pero con su forma de vocalizar punk. Y el resultado fue genial, no sonaban como las demás bandas de heavy y empezaron a tener muchos seguidores a lo largo y a lo ancho de Europa. Pero tras grabar dos discos, Paul Di Anno les dejó por diferencias musicales. Es un caso justo al contrario de lo que planteas en tu tema, de llegar hasta lo más alto. No, Paul no quería llegar a lo más alto, estaba bien contento de haber llegado a donde había llegado con Maiden y no quería más. Pero Steve Harris tenía una opinión muy diferente. Él quería llegar a más gente y progresar como músico, componer temas más complicados y tocar más técnico y mejor. Paul no quería nada de eso, como punk que era, prefería los temas de corta duración, rápidos y enérgicos, huyendo de complejidades. Y por ello Paul se tuvo que marchar. A él le iba una banda en plan amigos, con un mínimo de profesionalidad, pero con amistad y camaradería al fin y al cabo. Y Maiden, a partir del segundo disco, ya se habían convertido a su juicio en todo un negocio, en una empresa capitalista. No quería tener nada que ver con eso, huía de ser un rock star.

Tras la huida de Di Anno, Bruce Dickinson ingresó en la banda. Una voz totalmente diferente a la de su predecesor, mucho más aguda y técnica, pero necesaria para el cambio que querían Maiden. Él sí asumió el estrellato y se habituó al ritmo de dar 300 conciertos en un año. Dejó la banda tras 12 años con ellos porque ya quería hacer proyectos diferentes y estando en Maiden no podía. Y ya ingresó Bailey durante 4 años en la banda, como he señalado antes. No quisieron meter a un clon de Dickinson en la voz, quisieron comenzar una nueva etapa, tal y como hicieron cuando se fue Di Anno. Pero la diferencia estaba en que Di Anno no había hecho historia, mientras que Dickinson sí. Ahí estaba el quid de la cuestión. Dickinson hizo olvidar a Di Anno, pero Bailey no hizo olvidar a Dickinson. Ya los fans identificaron a Dickinson como verdadero cantante de Maiden y no aceptaron a Bailey desde un principio. Harris se había equivocado al apostar por él.

Danteojos

Muy buena y detallada la explicación. Gracias

dadodebaja57180

No conocía la historia de Jimmie Nicol y mira que me gustan las historias del mundo del rock, agradecido y emocionado porque la hayas compartido con nosotros.

En cuanto al Sr. Jimmie lo que veo yo aquí es que el problema no es tocar el cielo, es bajar a los infiernos, a los infiernos solo se baja desde el cielo sino tienes cabeza.

Imaginemos que este batería hubiera tenido la azotea bien amueblada, los 15 días de colaboración con The Beatles le habrían bastado para tener una vida cómoda y bien remunerada ejerciendo su profesión, le había tocado la lotería.

Hay a quién le toca la lotería y acaba sin dinero al poco tiempo, el problema no es la lotería.

Nunca seran un problema las cosas buenas que te pasen, nunca será un problema tocar el cielo y, si se convierte en un problema, el problema no es el cielo, el problema eres tú.

Elizabetta

Depende, a mi me gusta el riesgo, me pone.

Mi pasión por los coches, es un hecho, cuando me ofrecen conducir uno potente, de esos que casi te permiten volar sobre el asfalto, no lo dudo, lo cojo y lo conduzco con toda la pasión de que soy capaz, saboreando cada instante mágico que me produce pisar el acelerador y acariciar el volante, cubierto o no de cuero.

Luego vuelvo a mi coche, es siempre un coche normalito, pero lo quiero porque es el mio.

No me importaría nada poder cumplir mis sueños, aunque luego tuviera que volver a la realidad, tocar el cielo con los dedos, es una gozada y a mi entender no es más dura la caída, simplemente es regresar a lo cotidiano pero con una experiencia más.

Lo que es distinto es la manera de gestionarlo de cada persona.

No Registrado

Como dicen, algo peor le sucedió a Pete Best. Que contaban era un baterista talentoso y tenía fans que iban a verlo a él en especial.

Fue reemplazado, según cuentan por decisión del grupo porque se destacaba mucho.

Creo que la gente gusta de vivir de las expectativas de gente que no conoce ni le importa.

Los mejores músicos ni siquiera se publicitan y si venden muchas o pocas entradas nadie les arrebata su talento.

Hay quienes aún siendo unos genios tienen la nobleza de entender que no necesariamente sean de gusto masivo. Y valoran a su público porque saben que ellos les apoyan para no sentirse incompredidos.

Hay quienes apuntan a ser famosos y otros que se vuelven célebres. Cada cual elige si quiere sus 5 segundos de ser conocido o es feliz haciendo lo que sabe hacer mejor que nadie.