Indeseables y antipáticos hay en todos lados, gente que se dedica a fastidiar porque sí, a sembrar de cizaña allá por donde pisa, a desprestigiar cuanto toca. Son muchos y variados los nombres con que se suele designar a esa clase de individuos, si bien, uno de los que más me ha gustado de siempre es el que utilizan en Granada, donde los califican de "mala follá", así, como suena, "mala follá", que, ojo, no es lo mismo que "mal follada", pues "mal follada" es otro trastorno diferente para el que afortunadamente suele existir casi siempre remedio
Mala follá es, repito, la expresión con que denotan a los malajes en Granada (a la que a su vez suelen sus propios oriundos, con el loable fin de economizar sílabas, llamar Graná). Mala follá sería en suma todo aquel o aquella esaboría que allá por donde va lo empuerca todo y de quienes, por tanto, hay que alejarse lo más posible, so pena de acabar contaminado. Desde luego, es una pésima señal, ¡horrible!, ser calificado de mala follá en Graná, tan malo como si en Canarias le llaman a uno "godo"