Es curioso como algunas de mis jornadas máximas de reflexión existencial se tornaron en melancolía en cuanto me enamoré...
Como dicen por aquí, lo mejor es intentar mantener la mente ocupada. Piensa que no solo tú no tienes nada que hacer el domingo, tus amigos siempre van a estar ahí, plantéate el llamarlos y pasar la tarde con ellos.
Si además aprovecháis para hacer algo cansado: ejercicio, cosas así. Cuando vuelvas a casa o te quedes solo, puedes ir directo a dormir, y aparecer en el tan ajetreado lunes.
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