|
Lo que te pasa justifica la popularidad y triunfo de determinadas redes sociales. Muchas personas, aunque quieren, no soportan la competición deshumanizante. Hace que sufran, sueñen y paguen por figurar bien en el escaparate. Eso en el fondo les engancha y les hace más infelices.
Ese sitio no me lo lo puedo tomar en serio. Me provoca risa de lo grotesco que resulta.
Frecuentemente he establecido una correlación entre lo inmediato y lo grotesco. Los lugares que se hacen populares para conocer a los demás, como las antiguas discotecas y las actuales RRSS de ligoteo se hacen insoportables para determinadas personas. Siempre es así. Para pillar al mirlo blanco han de pasar doscientas calamidades. Algunos dicen que hay que pasar por ese aro, y yo prefiero pegarle el patadón al aro para mandarlo al higo porque no me gusta el juego, ni me gusta la partida.
Quizá haya sitios mejores donde puedas ligar (incluso virtuales), y prescindir de ese sitio que te hace sufrir. Algunos nos podríamos mover por ahí, por estar algo curtidos; pero si es para ver comedias, prefiero a Blake Edwards, y no esta ridícula mascarada.
Lo inquietante es constatar que hay gente que sufre de verdad. Es porque ese sitio no te conviene. No fue hecho para ti. Podría darte igual lo que le pase a fulanito o a menganito, que por mi como si se van a un pueblo amish a fabricar candelabros. Es mi vida, es tu vida. Eres dueño de tu vida, no esclavo de esa pantomima en forma de red social.
|
Modo Hilado