Si te dicen que vayas a hablar con un vicario, y tú picas y vas, no te quejes luego de que intente comerte la cabeza. Pero alma de cántaro, ¿y para qué te piensas que era la reunión si no?
Era tan sencillo como no haber entrado al trapo de explicar por qué quieres apostatar. Simplemente, respuesta inmediata: no tengo por qué dar explicaciones, simplemente declaro mi deseo de apostatar y punto. Se acabó el debate.
Evidentemente, sería muy distinto si dijeras que estás pensando en apostatar pero aún tienes dudas, y quieres hablar en serio sobre ello. Pero si lo tienes claro, me parece absurdo entrar en el juego de que te hagan justificar el por qué de tu decisión.
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