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De no recibir tu amor
me olvidé de quererte,
me olvidé de decirte
cuanto te amaba
cuantas veces,...
de tantos segundos que cabían en el tiempo que estuvimos juntos.
pues todos ellos te tuve en mi corazón
hasta en los que no me daba cuenta,
en cada uno yo fui tuya.
Se escaparon casi todos sin acordarme de decirte
que mi alma se había teñido de tu color,
de tu olor,
de tu cariño que escondías y no me mostrabas,
por no poder verlo
me olvidé de decirte...
tantas veces que me hubiera gustado...
cuanto,...cuanto te amaba.
De no sentirme querida
me volví vaga, pasiva, triste...
que poco ayudaba esto a no rompernos
y se rompió.
Cómo podía hacerte feliz si yo no lo era?
Si eras mi mayor y más cruel enemigo
si quererte pinchaba, quemaba, dolía y me hacía sentir sin vida?
Qué impotencia ver el agua perderse entre los dedos
sin poder conservarla.
Qué difícil perderse dentro de una misma
y elegir entre los sentimientos y la dignidad,
renunciando a ella cada día un poco más, apurando,
aguantando a ver si ocurría un milagro
viendo que has pasado el límite que tenías calculado,
del que te tenías prohibido pasar
y lo pasaste mucho más de lo que hubieras podido imaginar
para al final quedarte sin respuesta, sin esperanzas, sin resultado.
Nuestra separación fue repetida muchas veces,
como un ensayo una y otra vez,
la última vez la recuerdo con sabor a cristales rotos..
aun permanecen clavados en mi desolación...
Tú, encontraste rápidamente la forma de pasar página,
de hecho ya lo tenías muy pensado,
y cambiaste mi amor amargo por
sonrisas nuevas y miradas premeditadas,
asfixiando mi recuerdo bajo sábanas extrañas.
Todas esas sábanas no hubieran sido suficientes para secar mis lágrimas
al saber, que tú, mi amor hiriente
eras capaz de tener emociones con ellas nada más perderme
y esconderme en tu corazón
mientras yo no tenía ni la fuerza de respirar.
Ahora, de vez en cuando, me haces señales absurdas
sin hablar, sin decir...
en la distancia...
tirando la piedra y escondiendo la mano...
para qué?...
para esto?.... para que me pregunte este por qué?
para herirme?
para que no te olvide?
porque no me olvidas tú?...
Como las ánimas errantes, aun no me puedo ir,
porque puedo sentir que tú no lo has hecho,
no sé como pero sé que sigues ahí tras cuatro meses.
Por no tener ya tu amor,
me olvidé de quien soy,
me olvidé de olvidarte
y mi alma no se ha desteñido de tu color.
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