Ligar con una desconocida

ElDoctorAmor

Viste a la chica más bella de toda la galaxia caminando por la calle en dirección contraria a la tuya. Sería estupendo que resultara ser la prima soltera de tu mejor amigo que necesita urgente una cita que la acompañe a la fiesta de fin de año de la oficina, ¿verdad? Siempre es más sencillo cuando tienes quien te presente, cuando conoces sus intereses y resulta que tienen muchos en común, cuando comparten una clase o un trabajo. Pero, qué pena, éste no es el caso. ¿La dejarás pasar? ¡Jamás! Es hora de atreverse a ligar con una completa desconocida. Pero, antes de que te arriesgues a recibir un bofetón, pon atención y clasifica a tu presa según alguno de los siguientes escenarios.

Misión: imposible
Si la chica en cuestión está del brazo de su novio, de más está decir que no tienes ninguna posibilidad. Aún cuando te la encuentres en el metro y, mientras el novio mira una revista, ella no deje de hacerte ojitos y sonrisitas cómplices, mejor no arriesgarse. Se trata de una histérica irremediable, y lo más probable es que considere divertida la idea de que su novio te parta la cara defendiendo su honor…
De la misma manera, si está con sus amigas, lo más probable es que tus más mínimos intentos de ligar con alguna de ellas terminen por provocar la risa de todas.

Para tantear con cuidado
Si ambos se encuentran en una situación tal como la calle, la plaza del barrio (ambos paseando sus perros), la biblioteca, el estacionamiento, compartir un asiento en el transporte público, estar tomando un café en el mismo bar (cada uno solo en su mesa), viajar en el mismo ascensor o cualquier otra situación que habitualmente no se preste a ligar, también debes ir con precaución, ya que si la abordas de forma demasiado brusca podrías asustarla.
Comienza por decirle un piropo, alguno simpático como “disculpa, ¿eres real?” o un simple elogio de su belleza, “perdona que te lo diga, pero tienes unos ojos absolutamente cautivantes”. Nada que suene muy armado. Si la joven en cuestión está dispuesta a que la situación avance al menos un poco, debería retribuirte con una sonrisa. Así sabrías que tienes luz verde para intentar algo más: prueba con ser directo y respetuoso, “mi nombre es Pablo, no nos conocemos pero me preguntaba si quisieras tomar un café”.
De esta manera, aún tratándose de una desconocida, no se sentirá invadida ni agredida por tu actitud, sino halagada. Acéptalo: es probable que te diga que no (tal vez tiene novio, está apurada, no le gustan los hombres o simplemente no le resultas atractivo). Pero, si tienes suerte, es posible que terminen intercambiando el número de móvil antes de separarse. ¡Asegúrate de saber (y recordar) su nombre! Y llámala pronto, no sea cosa que se olvide de ti, pero tampoco a los cinco minutos para no parecer desesperado: la tarde siguiente estaría bien.

¡Arrójate de cabeza!
Si te has topado con la bella desconocida en un lugar tal como una disco, la fiesta de cumpleaños de un amigo, una despedida de solteros mixta, un recital de rock o cualquiera de estos lugares que se prestan obligatoriamente al ligue, puedes avanzar más tranquilo. Intenta observarla primero durante unos minutos para tratar de asegurarte de que no esté acompañada por ninguna escolta masculina, y después acércate a conversar sobre cualquier cosa: la música, por ejemplo, o los amigos en común (si es que hay alguno). Ofrécele alcanzarle una bebida y, si te dice que sí, tienes todas las posibilidades a tu favor. Después de todo, es probable que ella esté buscando, al igual que tú, irse acompañada esa noche.