Este poema lo escribí yo hace ya un par de años, en uno de mis momento de bajón.
Otra noche, al borde de la desolación.
Escribiendo las palabras.
Las palabras que nunca debieron ser escritas.
Llorando por las líneas que me traen a ti.
Tú te quedaste con mi esperanza.
Haciéndome estar en velo una nueva noche.
Mira el paisaje, la nieve cae…
Quédate conmigo hasta que las hojas amarillas
Adornen este paisaje.
Quédate leyendo el poema,
Que nunca debió ser escrito.
Si tú me quisieras…
Yo estaría a tu lado para siempre.
No temas,
Te salvaré de la lluvia.
Con dolor, escribo las últimas palabras.
Palabras que sólo pueden hacerte llorar a ti.
Con dolor, el dolor que me entregaste,
Susurro ese poema prohibido.
Quédate hasta que las hojas amarillas caigan,
Y adornen este paisaje desolado.
Cuando leas esto,
Santifica el momento con una lágrima.
En mis ojos finalmente no hay más.
Observa el paisaje.
Era nuestro y lo perdimos.
Si tú me quisieras…
Yo estaría a tu lado para siempre.
No temas,
Te salvaré de la lluvia.
¿Me recuerdas?
Era yo, por quien solías vivir…
Una vida de desdichas reducidas en unas líneas.
¿Te acuerdas?
Todo lo que solíamos ser…
Y finalmente lo perdimos.