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Es la propia vida la que te ofrece posibilidades que sin el sueño hubieras descartado. Se consigue de esa bonita forma que no suele dejar indiferente porque denota cierto aspecto mágico que escapa a esos mecanismos lógicos de causa efecto, ya que un sueño en teoría no puede ser la causa de algo ¿O si?
Esa pequeña ayuda del sueño te ha hecho replantear la escena, qué de otra forma hubiera pasado desapercibida a tus ojos. No desapercibida, pero quizá no la hubieras visto de la misma forma. Ya ibas predispuesta a ese encuentro. No subestimes a tu subconsciente. Porque allí precisamente no se almacenan tonterías.
Sincronicidades así suceden cuando llegas a uno de esos puntos donde se abren bifurcaciones importantes por las que tú ser puede transitar, si es que tú deseas hacerlo. Suelen implicar grandes cambios. Cambios importantes.
En estos casos si te das cuenta suele suceder al contrario que en los actos cotidianos de menor importancia donde primero se da la acción y después el sueño. Aquí es justo lo contrario. En vez de tener que asimilar a través del sueño la experiencia, tienes que asimilar la experiencia que te ha brindado el sueño. Esto suele impactar muchísimo más al cerebro que el caso contrario.
De todas formas hay muchos tipos de personas. Desde las que experimentan diariamente sucesos parecidos a éste porque están abiertas a ello, hasta las que son incapaces de dar sentido a ninguna sincronicidad que se les presente, porque no creen en nada de eso. Incluso, aunque casi les estalle en la cara no desean ver más allá.
Tienes la libertad de hacer caso omiso. Como el cerebro tiene la libertad de no soñar de forma explícita una experiencia intrascendente. Tu decides si quieres dar esa importancia que la sincronicidad te ha mostrado sobre el suceso.
No hacer caso es ya una elección. Es dejar ese suceso importante como intrascendente para la realidad en la que vives, porque de algún modo deseas continuar con una misma línea que te satisface. Es rechazar la oportunidad de un cambio de 180 grados en tu vida (porque esto suele ser así).
Hacerle caso es adentrarse en un camino del que no hay vuelta atrás porque tus circunstancias ya nunca serán las mismas. Cuánto más te adentres más difícil será volver a recuperar la vida que tenías. Y con adentrarse me refiero a intentar algo con ese chico porque el sueño te ha revelado que para ti él es importante.
A veces hay mecanismos que aún no logramos comprender, pero no por ello significa que no existan o que no sean válidos porque la ciencia no los respalde. Quizá no tenemos las herramientas adecuadas para explicar la verdadera realidad que nos rodea.
Fiate más de lo que sientas en el sueño. No de lo que veas, sino de lo que sientas. Ese es mi consejo
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