Lenguaje corporal y seducción

ElDoctorAmor

El lenguaje corporal forma parte de la comunicación humana, cualquiera sea el tema sobre el cual se verse. Ya sea en los negocios, como en la familia o en el deporte, en cualquier interacción comunicativa entre dos o más personas, buena parte de la información se transmite, no con las palabras, sino con el lenguaje corporal. Sin embargo, si hay un terreno por excelencia en el cual la comunicación no verbal es esencia, ese terreno es la seducción. En este artículo te contaremos un poco más sobre el lenguaje corporal y el rol que juega a la hora de seducir a alguien que te interesa.

¿Qué imagen estás proyectando?

Aún cuando no estés conscientemente intentando seducir a alguien, siempre estás enviando mensajes sobre ti mismo. Por ejemplo, una postura encorvada, las manos en los bolsillos o los brazos cruzados, darán una impresión de reserva que evitará que las personas se acerquen a ti. Las manos detrás de la espalda proyectan timidez. Por su parte, mover constantemente los pies, tamborilear con los dedos de las manos y otro tipo de movimientos repetitivos, son todos ellos indicadores de ansiedad y, por lo tanto, poco aconsejables cuando de seducir se trata.
Una persona que transmite seguridad en sí misma, honestidad, firmeza y simpatía será mucho más exitosa en sus intentos de ligar. Por ello, si quieres ser seductor, nada mejor que adoptar una buena postura: el pecho abierto, la espalda erguida, la vista al frente. Para ellos, los pulgares enganchados de la cintura les demuestran a las mujeres tu virilidad. No temas mirar a las demás personas a los ojos ni sonreír.

¿Cómo aproximarte a la otra persona?

Existen algunos errores que los hombres, en especial, tienden a cometer cuando tratan de seducir a una chica (y decimos los hombres porque, si bien se trata de conductas culturales aprendidas, son ellos quienes tienden a dar el primer paso). Por ejemplo, abordar de frente a una chica y enfrentarla cara a cara hará que ella se ponga a la defensiva. Es mucho mejor avanzar de lado: por ejemplo, cuando ambos estén sentados a la barra de un bar.
De la misma manera, no les des tu espalda a los amigos que la rodean, esto los predispondrá mal a ellos y tampoco te hará quedar bien con ella. Finalmente, si bien en el juego de la seducción se procura cierto contacto corporal, no te apresures a ponerle una mano encima (ni siquiera para darle una palmada en el hombro): resérvalo para la primera cita a solas, de lo contrario parecerás desesperado por conseguir sexo. De la misma manera, no te acerques tanto que invadas su espacio personal, porque entonces ella intentará alejarse.
Una regla de oro es no dudar para avanzar: si tardas más de tres o cuatro segundos luego de haber entablado el primer contacto visual, ella percibirá que tienes dudas y será más probable que te rechace.

Gestos que seducen

Existe un repertorio de gestos bastante conocido que muchas personas ponen a relucir a la hora de la seducción. Ellos se acomodan la corbata o los gemelos, ellas se tocan o se arreglan el cabello, juguetean con algún objeto, o caminan ondulando sus caderas. Las manos en la cintura, exhibir las muñecas, cruzarse de piernas hacia el lado del otro, sonreír como asentimiento ante los comentarios del otro, mirar de reojo o por encima del hombro, mover provocativamente la cabeza… todos son gestos que, en mayor o menor grado, las personas que están buscando seducir utilizan.
Sin embargo, si te has propuesto seducir, no te apresures en desplegar todos los gestos al mismo tiempo, ya que será muy antinatural, poco espontáneo, hasta puede resultar ridículo. Además, procura elegir los gestos que mejor vayan contigo. Si eres mujer y no te sientes bien humedeciendo tus labios, no lo hagas, por más que pienses que resulta sensual. Si eres hombre y estás perdiendo el cabello, no te lo toques.

Finalmente, cabe aclarar que no conviene pasar demasiado tiempo estudiando y ensayando el lenguaje corporal. Simplemente aprende algunos trucos sencillos y deja que tu cuerpo haga el resto. No tienes el control de todos tus movimientos, y no tienes por qué tenerlo. La espontaneidad, en general, es la mejor arma de seducción.