A muchos les podrá fastidiar que el adulterio no sea delito y el espionaje de móvil sí, porque entonces se le conceden todas las ventajas a las personas que quieren ser infieles. No lo dudo, pero es lo que hay.
Ya hemos explicado que, en un país democrático, la infidelidad y el adulterio no están considerados delitos, aunque haya gente que les gustaría que lo fueran, pero la fidelidad a la pareja es un valor que sólo está reconocido por la moral religiosa. Y como una de las condiciones que han de cumplirse para que un país sea democrático es que sea aconfesional, por ello el adulterio no puede estar considerado delito desde el punto de vista democrático, ya que sólo las nociones de moral religiosa lo contemplan como tal. El único engaño o estafa a la pareja que castiga la Ley occidental es la bigamia o la poligamia, pero nunca la simple infidelidad, sea en noviazgo o en matrimonio. La única "fidelidad" que exige la nación democrática es al Estado y a sus leyes.
Recordemos que una democracia está compuesta por gente de diversas ideas. Y entre la gente hay personas que no creen en la pareja o el matrimonio o piensan que la pareja tiene fecha de caducidad. Y por estas personas, habitualmente relacionadas con las ideas políticas progresistas, se despenalizó el adulterio. Si a algún presidente del gobierno se le ocurriera plantear que el adulterio vuelva a ser delito, se le echarían encima gran parte de los partidos políticos y de los ciudadanos, quejándose que ello representaría una vuelta al franquismo y no es para menos.
Resumiendo, si alguien piensa que el adulterio debe ser delito grave, totalmente respetable, pero creo que sería mejor para él que vaya haciendo las maletas para cambiar su residencia a un país de Oriente Medio.
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