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Felipe el Hermoso del siglo XIV, no era Felipe I de España, apodado igualmente el Hermoso, el padre de Carlos I de España y yerno de los Reyes Católicos, ya que Felipe I de España es de finales del siglo XV y principios del XVI, es decir, casi 200 años después al que hace referencia Despectabilis.
Felipe el Hermoso del siglo XIV era Felipe IV de Francia, el rey que puso punto y final a la Orden de los Templarios y llevó a sus principales líderes a la hoguera. Nada que ver con el monarca español de origen flamenco, quien fue el segundo rey del recién nacido Estado Español, aunque su muerte prematura obligó a su suegro el rey Fernando el Católico, a volver activo a la Corona, ya que su hija Juana, viuda del rey Felipe, se encontraba indispuesta por enfermedad mental, aunque hay quien dice que realmente fue una estratagema del rey Fernando para volver a quedarse con la Corona y anular el derecho de herencia a los hijos de su yerno holandés, ya que el rey Fernando, ya bastante mayor, se había casado de segundas con una joven navarra de sangre real, Germaine de Foix, con quien estaba dispuesto a tener un hijo varón que heredara el trono de España.
Pues si fue esto cierto, le salió al rey Fernando el tiro por la culata, porque con Germaine no llegó a tener un hijo varón, lo cual propició que la Corona Española la heredara el príncipe Carlos, hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, quien se encontraba en ese momento en Holanda, su país natal. Cuando llegó a España a ser proclamado rey, ni siquiera sabía castellano y ello molestó muchísimo a la nobleza española, con lo que se rebelaron contra él, dando lugar a la Guerra de las Comunidades, la rebelión de los Comuneros en Castilla y la rebelión de las Germanías en Valencia. Pero eso ya es otra historia.
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