Largos han sido los días,
los días en que recuerdo su nombre,
unos días tan largos como los rayos
que atraviesan el cielo tormentoso.
Recuerdo un largo tiempo atrás
la llegada de aquél otoño dorado
Su mirada y la mía separadas jamás
mas siempre acechantes, esperando
Murmullos, susurros, palabras no dichas
Latentes en nuestra mente, aguardando
Las hojas caen, cansadas
un suave manto formando
el gorjeo de un pájaro se oía
mientras nuestras almas atadas
disfrutaban del placer amando
nada era lo que en verdad parecía
Un juego de colores
gris, negruzco, marrón
despertaba todos los sentidos
un sinfín de dulces y amargos olores
encendiendo como una llama nuestra pasión.
Mas terminó tan rápido como comenzó
Por las noches añoro el caer de las hojas
y la secuencia infinita de sensaciones,
sensaciones más grandes que una Gigante Roja
ávida de engullir con su crecer constelaciones
Las hojas caen, caen como resignadas
a sabiendas de que su tiempo acabó
como las mejores historias jamás contadas
que jamás nadie contó
Y todos anhelan escuchar...
Recordando el pasado, deseo para mi un futuro
en el que tenga siempre presente
que mi corazón aunque ahora frío, sereno, duro
cuando llegue el otoño y no se ausente
las hojas caerán de nuevo
no por cansancio, ni por resignación
sino por haber logrado todo con satisfacción
Las hojas caen
Y caerán de nuevo...
|