Ya sabéis que tengo una relación de noviazgo desde hace un año, ambos somos divorciados, ya os he contado algunas de las cosas que nos han pasado, sobre todo, los mosqueos que hemos tenido.
Salvados aquellos obstáculos, yo dí al fin el paso y lo presenté a mis hijos, en concreto hemos comido juntos los cuatro, dos veces. Todo fue bastante bien, a mis hijos les cae bien y es recíproco.
Ahora que empezábamos a hacer planes de salir los cuatro, ahora que la relación iba estupendamente, ¡Zas!, su hermana discapacitada tiene una crisis de insuficiencia respiratoria y la ingresan.
Hemos pasado dos semanas voy y vengo al hospital, mi novio preocupadisimo, hecho polvo,(Adora a su hermana).
Por fin le dan el alta, pero con mucha medicación, con el oxígeno puesto y con otro aparato que se tiene que poner para dormir. Se turnan los dos hermanos para cuidarla, ya que sola no puede estar ni un minuto.
Nuestros planes a freír espárragos, nuestras escapadas de fin de semana, relegadas, nuestras cenas se han pospuesto, nuestras noches maravillosas...todo ha cambiado.
Por supuesto que me afecta, ¿Cómo no? Y a él igual, claro que sí.
Ahora saco tiempo de donde sea para irme con ellos, me paso las horas con él y con su hermana discapacitada, ah! y con las visitas que tiene.
Dentro de nada me marcho de nuevo con ellos, no sé lo que durará esta etapa, pero no parece que vaya a ser poco.
Me reafirmo cada día más en mi amor hacia él, no me importa estar en hospitales, no me importa estar encerrada cuidando de su hermana. Me doy cuenta de que mi amor está por encima de muchas cosas.
Le miro, su rostro cansado, sus ojeras de preocupación y le doy el beso más dulce que soy capaz de fabricar para paliar su sufrimiento, él me dice que soy lo mejor que le ha pasado en la vida.
Es mi amor, para lo bueno y para lo malo.