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Tal vez no sea un amor como otros, un amor común y de esos amores que vemos en las novelas, esos amores entre un hombre y una mujer que todo lo pueden y todo lo abarcan. Pero el mío fue un amor que todo lo pudo y todo lo abarcó.
No se trata de un novio, ni una novia, se trata de una persona que me enseñó todo lo que tenía que aprender para crecer. No es mi padre, no es mi madre ni ningún familiar directo. Ella fue la hermana que nunca tuve, lo es, claro que lo es, nunca dejará de serlo.
Si bien, tiene razón cuando afirma que el problema mayor soy yo, que cuando me siento mal por algo me bloqueo y me encierro, la puerta de mi encierro jamás nadie la tocó.
Siempre sentí que mis cariños no eran recíprocos en cierto punto, por ella yo doy la vida, la vida entera, mi propia vida.
Estoy a unos días de tatuarme una frase de una canción de Pink Floyd en la espalda que culmine con la inicial de su nombre, nunca voy a arrepentirme de llevarla en la piel y lo se.
Noches como estas, me siento desahuciada y con un vacío en el pecho que llega a dolerme, sin exagerar.
Leí una vez el Poema 20 de Neruda y me bastó para necesitarla, no quiero permitir que en las noches estrelladas ella no esté conmigo.
Nunca pensé que nuestra barrera era posible de destruír, jamás.. Creí que iba mas allá de todo, y sin embargo hoy me veo envuelta en una nostalgia inmensa, llorando mis noches y no por un novio ni por un amor que no fue.. El ser hija única creo que me hizo acentuar mas lo que es para mi sentir a aquellas personas que me hicieron crecer, formaron mi infancia y se clavaron como aguijones en mi corazón con el título de ¨hermanos¨.
La necesito.
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