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..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel...se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse...
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”.
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar...
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar. Daniel instintivamente protegió a Daina con su cuerpo. Mientras un ladrón vaciaba la caja el otro robaba a los clientes. Este último pronto llegaría a donde estaban Daniel y Daiana.
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar. Daniel instintivamente protegió a Daina con su cuerpo. Mientras un ladrón vaciaba la caja el otro robaba a los clientes. Este último pronto llegaría a donde estaban Daniel y Daiana.
Diana temblaba entre los brazos de Daniel mientras este le repetía sin cesar :..."
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar. Daniel instintivamente protegió a Daina con su cuerpo. Mientras un ladrón vaciaba la caja el otro robaba a los clientes. Este último pronto llegaría a donde estaban Daniel y Daiana.
Diana temblaba entre los brazos de Daniel mientras este le repetía sin cesar :..."
-Tranquil, estoy aquí, no me voy, no dejaré que te ocurra nada, y por si no puedo volver a ver la luz del sol, quiero decirte, que te amo, que lo he sabido desde que te he visto en ese taxi ...
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar. Daniel instintivamente protegió a Daina con su cuerpo. Mientras un ladrón vaciaba la caja el otro robaba a los clientes. Este último pronto llegaría a donde estaban Daniel y Daiana.
Diana temblaba entre los brazos de Daniel mientras este le repetía sin cesar :..."
-Tranquil, estoy aquí, no me voy, no dejaré que te ocurra nada, y por si no puedo volver a ver la luz del sol, quiero decirte, que te amo, que lo he sabido desde que te he visto en ese taxi ..." Diana, con lágrimas en los ojos, le contestó: "Yo también te amo, pero tenía miedo de que lo nuestro no resultara, de que se convirtiera en un fracaso amoroso más, por eso preferí tenerte a mi lado como amigo, con tal de que no te separaras nunca de mí..."
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar. Daniel instintivamente protegió a Daina con su cuerpo. Mientras un ladrón vaciaba la caja el otro robaba a los clientes. Este último pronto llegaría a donde estaban Daniel y Daiana.
Diana temblaba entre los brazos de Daniel mientras este le repetía sin cesar :..."
-Tranquila estoy aquí, no me voy, no dejaré que te ocurra nada, y por si no puedo volver a ver la luz del sol, quiero decirte, que te amo, que lo he sabido desde que te he visto en ese taxi.
De repente Daniel cayó al suelo, un charco de sangre lo rodeaba, Daina, atónita a lo ocurrido sacó un teléfono móvil, llamó a la ambulancia, los ladrones ya se han ido, todo el mundo habla de lo sucedido, mientras tanto Daniel sigue ahí tirado, aun con los ojos abiertos puede pronunciar: -Daiana, no te vallas, no me dejes. Daiana le contesta:
-Nunca, te dejaría ir y le dió un beso en la boca...
 
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Martes, 10 de noviembre de 2009. El avión en el que viajaba Daniel acababa de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas. La conoció un día de verano, era una jamelga alta, rubia de ojos azules y con muy buenas mamellas. Se disponía a coger un taxi cuando ella apareció intentando abrir la puerta del mismo taxi que él habia elegido.... y a pesar de ser bella, no le gustaba... pero tenia ese algo que la hacia distinta sin poder dejar de querer conocerla mas , mucho mas... el taxista dijo ... nos vamos ... se miraron, y sin decir nada se subieron al coche y en el trayecto, decidieron charlar lo mas normal posible, aunque ... él tenía ganas de abrazarla asi de simple , pero se contuvo , ya no era la etapa de verano aquel,pero en su mente volvio esa tarde y se sonrojo ... ella por su parte ... se saco una bolsa de caramelos sugus y se puso a comer freneticamente. Le sabían amargos, tenía ganas de romper la rutina, y hacer algo innovador, y a la vez encantador. Daniel tuvo que confesarlo, los recuerdos de su triste infancia y su aversión a los sugus empezaban a contrariarlo. El taxista preguntó "¿Donde les llevo?" y Daniel contestó "yo voy a la Gran Vía, ¿Donde vas tú Diana?". En ese momento el corazón de Daniel empezó a latir fuertemente pues ya solo mencionar su nombre y poder entablar una conversación con ella después de tanto tiempo era como un sueño.
Diana, ese nombre... se llamaba igual que la perrita a la que tanto quiso en su niñez. que recuerdos le traia ese nombre... diana, diana, ve a por la pelotita diana... de inmediato buscó en su mochila aquella pelota con la que siempre cargaba. Era innegable, la pérdida de su perrita aún lo acongojaba y nadie lo separaría de ese sentimiento.
Diana opto por ir tambien a la Gran Via ya que las oficinas en las que ella trabajaba estaban alli,al bajar del taxi resulto que a Daniel se le habia olvidado la cartera en casa y abochornado ante aquel suceso Diana le propuso ir a tomar algo al Cafe bar L'Armagnac,este acepto y salieron del taxi juntos.
Ambos entraron y se sentaron en una de las mesas pegadas a los enormes ventanales que poseía el bar. Y sin nada que decir ambos se quedaban observando hacia afuera hasta que la mesera llegó para anotarles su pedido
En ese momento Daniel se espabiló repentinamente. La medicación psiquiátrica que estaba tomando le había hecho actuar de manera errática desde que llegó a Barajas. Incluso había confundido a la rubia con una perra. "Por Dios" - pensó, mientras se disponía a enmendar las muchas estupideces que había cometido. Tras preguntar a Daina que deseaba tomar transmitió el pedido a la mesera, añadiendo un café para él. Hubo unos minutos de silencio. Luego, sin saber muy bien por qué, Daniel añadió: "Daiana, a pesar de que nunca antes nos habíamos visto, siento que te conozco desde siempre. Es extraño, pero creo haber visto tus ojos en un sueño. Me miraban como lo hacen ahora, con esa dulzura tan poco común.
Diana se estremecio en su silla, un escalofrio le atraveso el cuerpo mientras miraba al extraño con el que habia compartido taxi y mesa hacer tics con la cara, guiñando un ojo de manera comvulsiva y agitar las manos freneticamente. Daniel levanto la mano para volver a llamar a la camarera y con voz entrecortada le dijo: "se-se-se-se-ñoritaaaaaa tra-tra-tra-tra..." y la camarera con sorna contesto: "tra-tra-tra-tri-kititauuuuuuuum"
Daniel, tremendamente avergonzado, corrió hasta el baño y buscó en sus bolsillos las pastillas que necesitaba. Tomó cuatro. Se miró al espejo, arregló su pelo, y volvió a la mesa como si nada hubiera pasado. Daiana, inmóvil en su silla, pensaba en el extraño comportamiento de Daniel. ..se sintio asustada , no entendia y dulcemente le pregunto Daniel dime que te pasa, no tengas miedo y cuentme lo que te sucede porque me he dado cuenta algo extraño tienes, el sintio le ardia todo y que sus mejillas tomaban color , color de timidez, verguenza y no saber como explicarse..
... Daniel se noto a su vez que algo le molestaba en su cara y procedio con descaro a introducirse un dedo en un orificio nasal y a urgar sin importarle estar en un lugar publico. al cabo de unos segundos extrajo un mocarro verde con el que hizo una pelotilla para despues lanzarla sin reparos hacia una mesa cercana donde un anciano pensionista que acababa de llegar de visitar las obras del barrio se estaba comiendo una racion de patatas bravas con una cerveza. Diana ante esa escena no supo que decir, asi que se levanto de la silla y aplaudiendo lanzo un bravo que se oyo hasta en la calle y despues le dijo: "maestro, ha hecho usted algo tan excepcional que con gusto me levantaria la tapa del craneo"...
Daniel la miró con tristeza y contestó: “Sé que lo que voy a contarte te parecerá increíble, pero juro que es verdad hasta la última palabra. En uno de mis viajes a África fui maldecido por un médico brujo que, al parecer, se había sentido amenazado por el hecho de que yo también fuera médico. Hasta ese momento yo no creía en lo sobrenatural, pero la maldición me demostró que el reino de lo espiritual verdaderamente existe. Los psiquiatras no pueden tratarme, excepto por las pastillas que sólo sirven para disimular los síntomas de la maldición. La maldición consisten en el extraño comportamiento que acabas de ver, y en otros comportamientos aún peores. Según me dijo otro médico brujo, que se había compadecido de mí, la maldición sólo puede romperse con un beso de amor verdadero. Parece un problema fácil de solucionar, pero he descubierto que el amor verdadero casi ha desaparecido del mundo”. Entonces Daniel despertó!!. Se había quedado dormido en el taxi como consecuencia del cansancio del viaje y Diana le había despertado. Daniel había tenido un extraño y largo sueño, bastante escatológico por cierto. Una vez llegaron a la Gran via...
Los dos se sentaron y ella comenzó a hablar: "me da gusto encontrarte, debido a mi belleza siempre se enamoran de mí, pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero, que tanto espero, una persona en quien confiar y que no se enamorará de mí, agradezco que hayas personas como tú."
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre".
Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar. Daniel instintivamente protegió a Daina con su cuerpo. Mientras un ladrón vaciaba la caja el otro robaba a los clientes. Este último pronto llegaría a donde estaban Daniel y Daiana.
Diana temblaba entre los brazos de Daniel mientras este le repetía sin cesar :..."
-Tranquila estoy aquí, no me voy, no dejaré que te ocurra nada, y por si no puedo volver a ver la luz del sol, quiero decirte, que te amo, que lo he sabido desde que te he visto en ese taxi. Daiana, con lágrimas en los ojos, le contestó: "Yo también te amo, pero tenía miedo de que lo nuestro no resultara, de que se convirtiera en un fracaso amoroso más, por eso preferí tenerte a mi lado como amigo, con tal de que no te separaras nunca de mí..."
De repente Daniel cayó al suelo, un charco de sangre lo rodeaba, Daina, atónita a lo ocurrido sacó un teléfono móvil, llamó a la ambulancia, los ladrones ya se han ido, todo el mundo habla de lo sucedido, mientras tanto Daniel sigue ahí tirado, aun con los ojos abiertos puede pronunciar: -Daiana, no te vallas, no me dejes. Daiana le contesta:
-Nunca, te dejaría ir y le dió un beso en la boca.
Los ladrones huyeron y a lo lejos se oía el aullido de una sirena.
 
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Ya no alcanzan los caracteres para seguir extendiendo el cuento. Los mensajes sólo pueden llegar a mil caracteres.
 
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que lupo diga qué hacer...

 
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Le parecía estar viviendo un sueño, ella cada día coje un taxi y no sabe con quien se reencontrará y ese día, su vida cambió para siempre.
Daniel observó a Daiana detenidamente para saber si era broma lo que había dicho. La frase "...pero desde que te vi supe que serías el amigo que tanto quiero..." había herido a Daniel en lo más hondo del corazón. Él se sentía atraído por ella, y aunque no se tratara de una atracción puramente sexual, la idea de ser únicamente su amigo le disgustaba profundamente. - Daiana - dijo Daniel - te agradezco que me veas como a un amigo. Sin embargo, creo que lo que siento por tí va más allá de la simple amistad-.
Sus ojos se inundaron de lágrimas, ella también lo veía como una simple amistad, por fin un alma la comprendía, sin dudarlo le contestó: "para mí también eres más que un simple amigo, creo que podrás ser mi mejor amigo, esa persona que mi corazón esperaba. Me da gusto que sientas lo mismo. ¿sabes? Detesto que los hombres no sepan sólo apreciar una amistad, si alguien que considerara mi amigo se volviera a enamorar de mí, lo odiaría por siempre"...
Daniel no sabia que contestar. Se sentia decepsionado y una gran tristeza envadio su corazon en un instante. pensó que lo mejor que podia hacer es respetar su decision pero intentar ganar su amor. La cogio de la mano como si de repente se le ocurrio la solucion de todo y le dijo, " Vamonos, quiero enseñarte un ligar maravilloso!"
Se dispusieron a salir por la puerta del costado cuendo se escuchó "bang bang"... lo inesperado ocurría: unos ladrones habían entrado al bar. Daniel instintivamente protegió a Daina con su cuerpo. Mientras un ladrón vaciaba la caja el otro robaba a los clientes. Este último pronto llegaría a donde estaban Daniel y Daiana.
Diana temblaba entre los brazos de Daniel mientras este le repetía sin cesar :..."
-Tranquila estoy aquí, no me voy, no dejaré que te ocurra nada, y por si no puedo volver a ver la luz del sol, quiero decirte, que te amo, que lo he sabido desde que te he visto en ese taxi. Daiana, con lágrimas en los ojos, le contestó: "Yo también te amo, pero tenía miedo de que lo nuestro no resultara, de que se convirtiera en un fracaso amoroso más, por eso preferí tenerte a mi lado como amigo, con tal de que no te separaras nunca de mí..."
De repente Daniel cayó al suelo, un charco de sangre lo rodeaba, Daina, atónita a lo ocurrido sacó un teléfono móvil, llamó a la ambulancia, los ladrones ya se han ido, todo el mundo habla de lo sucedido, mientras tanto Daniel sigue ahí tirado, aun con los ojos abiertos puede pronunciar: -Daiana, no te vallas, no me dejes. Daiana le contesta:
-Nunca, te dejaría ir y le dió un beso en la boca.
Los ladrones huyeron y a lo lejos se oía el aullido de una sirena.
No entiende nada, mira a su alrededor sin saber que pasa, todo es de color blanco, parece estar corriendo por un pasillo, con la vista medio nublada la ve a ella, sonríe como puede ella no deja de darle la mano y un segundo después se ven en la obligación de separarse. Ella permanece sentada, a la espera de que los médicos digan algo, ha perdido mucha sangre, pero aún no es tarde, el sabe que tiene algo por lo que seguir luchando, sabe que no es momento para marcharse, está muy confuso, al caer a recibido un golpe en la cabeza, pero aun asi sabe que tiene que seguir adelante.
 
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