Hacía ya tiempo que no mantenía una conversación trascendental con alguien, la pena es que haya servido para ver que un amigo está sufriendo, y además haya abierto “viejas” heridas dentro de mí.
Un ex compañero de trabajo con el que hice buenas “migas”, ha tenido a bien consultarme su actual problema de desamor, quizás piense que como yo he pasado por esto hace poco, tenga algunas respuestas, me parece que se equivoca.
El problema que tiene es que dice no sentir lo mismo que antes por su novia, ha decidido acabar con la relación, pero no sabe muy bien cómo afrontarlo (el piso, el perro, la hipoteca, las familias, etc...).
Yo inevitablemente me posiciono en el otro lado, fui el dejado no hace tanto, pero esta vez lo veo desde esta orilla. Me siento mucho más identificado con la situación de ella, que es quien ha recibido la fulminante “noticia” y está destrozada, pero mi amigo es él.
Le he aconsejado lo mejor que he podido, intentando ser objetivo y sin dejarme llevar por las emociones y los recuerdos, pero tampoco estoy en un momento de lucidez, así que lo más que le puedo brindar es mi incondicional apoyo. Es un buen tío, se siente culpable y está pasándolo bastante mal.
Esto me hace ver ahora, que como en la guerra, en ambos bandos (“vencedores” y “vencidos”) se sufre, en todos los frentes hay bajas.
Es una lástima que no pueda recomendar el Foro a la chica, apenas la conozco, sólo coincidimos en alguna cena en la que acompañó a mi amigo, está claro que ahora le toca sufrir, y esta página podría ser esa vía de escape que necesite en un momento dado, como una vez me ocurrió a mi.
Hay que ver cómo se repite siempre la misma historia, en todos los rincones, remotos o cercanos. Aprendemos de lo visto y lo padecido, pero nunca nos inmunizamos.
Algún día… ¿nos volverá a tocar vivirla?.
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